El Magazín de Merlo recuerda al Prof. Enrique Finochietto, respetado y admirado en el campo de la cirugía y la medicina clínica.
1897- En este año ingresa el joven E. Finochietto a la Facultad de Medicina.
1904- Se hace cargo del Servicio de Piel y Enfermedades Venéreas del Hospital Rawson.
1906/1909- Viaja a Europa, visita las clínicas mas avanzadas de Suiza, Alemania, Italia y Francia, cuando regresa aplica todo lo aprendido en las mas avanzadas clínicas de Europa.
1912/1913- Aprende dibujo técnico para poder dibujar sus inventos aplicados a la medicina, sus ilustraciones fueron verdaderas obras de arte en los dibujos técnicos como en los del cuerpo humano.
A partir de allí produjo instrumentos para simplificar las técnicas quirúrgicas, los cuales fueron copiados en el resto del mundo pero que llevaban su nombre, entre ellos, el “Frontolux” un iluminador que los cirujanos utilizan hoy día para iluminar solo el campo quirúrgico,
“el empuja ligaduras” para detener rápidamente las hemorragias, “el porta agujas” de distintas medidas, “la pinza de dientecillos” para sujetar mejor los tejidos y agujas, “pinzas de doble utilidad” con funciones como pasa hilos y hemostasia, “el aspirador quirúrgico” para succionar la sangre durante el acto quirúrgico,
“la cánula para transfusiones de sangre” , “las Valvas Finochietto” que permitían al cirujano una mejor visión del campo quirúrgico, “el banco para cirujanos” que permitía a estos operar sentados,
“la mesa quirúrgica móvil” con motor eléctrico y manejada a pedal, finalmente “el separador intercostal a cremallera” para operaciones toráxicas.
El 17 de febrero de 1948 fallecía quien había sido Miembro Honorario de la Academia Nacional de Medicina, Presidente de la Sociedad de Cirugía de Buenos Aires, Miembro de la Sociedad de Medicina y Cirugía de Bolonia y de la de Montevideo, Asociado Extranjero de la Sociedad de Cirugía y de la Academia de Cirugía de Paris y Miembro de Honor de la Asociación de Medicina de Río de Janeiro.
Muere el Dr. Enrique Finochietto en condiciones que no merecía, uno de los más respetados médicos argentinos y de todas las épocas, un verdadero mito de la cirugía nacional e internacional.
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