El MATE nació
en Paraguay antes de la llegada de los españoles, lo utilizaban como
estimulante, alimento y medicina,
El brujo de la tribu predecía la suerte de su
pueblo através de sus hojas.
Compañero fiel en las mañanas y las tardes de la
mayoría de los argentinos, apoyo invalorable de estudiantes y trabajadores,
acompaña al solitario y convoca al encuentro. El mate es la bebida preferida de
la Argentina ,
que con gran arraigo se disfruta, y comparte, a lo largo y ancho del
territorio.
Las dos imagenes representan a la Diosa Caa Yari (Diosa protectora de los yerbatales) en una visión moderna. |
Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate , consumimos casi siete kilos por
habitante por año, lo cual equivale a 100 litros de mate
cebado; es decir, más que cualquier otra bebida. Atrás están las gaseosas, con 50 litros ; la cerveza,
con 34; el vino, con 30, y el agua mineral, con 18. Con respecto a otras
infusiones, la diferencia es aún mayor: por año, los argentinos compramos
240.000 toneladas de yerba, 33.400 de café y 6.000 de té.
Plantin de Yerba al momento de ser trasplantado |
Los beneficios
según la ciencia medica: Si bien casi todos los argentinos toman mate, son
pocos los que conocen sus beneficios. ”La yerba contiene vitaminas, minerales y
aminoácidos; es un excelente estimulante del sistema nervioso central y tónico
muscular. Por su alto contendido de polifenoles es antioxidante, más que el té
verde y el vino tinto. Ayuda a combatir el colesterol y estimula el aparato
digestivo y la eliminación de líquidos, además de regular la presión arterial.
Por otra parte, mejora el ánimo, es energizante y predispone a la acción”,
sintetiza la ingeniera agrónoma y especialista en yerba mate, Josefina Armendares.
La yerba el momento de ser cocechada |
Minerales que pasan al agua en instantes de
tomar el mate: magnesio, calcio, hierro, sodio, potasio, fosfatos, silicio,
y estimulan el trabajo del riñón. Además, cuenta con nutracéuticos, que son moléculas presentes sólo
en los vegetales que tiene algún efecto beneficioso sobre el organismo. Entre
ellos encontramos la mateína, similar a
la cafeína y a la teína, pero en mucho menor concentración (una cucharada de
café molido equivale a 100 cucharadas de yerba mate), que estimula el sistema
nervioso y aumenta la atención, la actividad muscular, los latidos del corazón
y la circulación sanguínea. Y en algunas yerbas, cuyas hojas son secadas
naturalmente, hay una gran cantidad de polifenoles, ácidos cafeilquínicos y clorogénico, también flavonoides, con acción
antioxidante sobre todas las células del organismo, que podrían prevenir
enfermedades crónicas como la diabetes, aumento del colesterol y enfermedades
relacionadas con el envejecimiento”, explica la doctora Elba Albertinazzi, presidenta de la Asociación Argentina
de Médicos Naturistas
Yerbales casi en estado natural |
También es desintoxicante y favorece la
evacuación intestinal diaria, eliminando tóxicos y sustancias no necesarias
para el organismo, como colesterol y químicos de alimentos y medicamentos. “Este
efecto depurativo natural es muy beneficioso, y si durante el desayuno se lo
combina con manzanilla, diente de león o cola de caballo, entre otras hierbas,
se estimula aún más este efecto que mejora al organismo para enfrentar el nuevo
día”. En la Argentina , tomamos mate amargo, dulce, mate
cocido y tereré. Y además de la yerba tradicional, elaborada con palo o sin él,
sobresalen las compuestas (con agregado de hierbas), las saborizadas y las
funcionales, que complementan las propiedades de la yerba con las de las
hierbas medicinales y que mejoran funciones específicas del organismo. O sea,
hay yerbas para todos los gustos, para todas las edades y para todos los momentos
del día.
Molienda lista para ser envasada |
“La
infusión con yerba mate es una saludable manera de cubrir la hidratación
diaria. Se trata de una bebida con funcionalidades que agregan valor a beber
solo agua. Yo recomiendo no tomarlo muy caliente, y en personas sensibles, no
tomar los dos o tres primeros que se ceban. Sin dudas, esta bebida tiene el
agregado de lo social, nadie se puede negar a compartir un buen mate, eso sí,
los bizcochos de grasa, mejor dejarlos para otra vez”, resalta la doctora
Mónica Katz, médica especialista en Nutrición y Directora de la Carrera de Nutrición de la Universidad Favaloro. De todos modos, hay mucha gente que pese a gustarle el mate, no lo
cultivan porque les causa acidez. En este sentido, no se recomienda en caso de
gastritis activa. Una solución para evitar este efecto puede ser usar yerba
orgánica o agregar hierbas digestivas como manzanilla, melisa, cedrón o
burrito, entre otras.
Clásicas imagenes de los gauchos argentinos de antaño, mate, asado y yerra. |
La historia
del mate y la yerba mate: El mate fue el alimento emblemático de los
guaraníes desde mucho antes de la llegada de los españoles a América. Este
antiguo pueblo americano conocía sus propiedades y lo usaba como nutriente,
estimulante y medicina. Era remedio para sus males, aliviaba el hambre,
mitigaba el cansancio y la fatiga muscular, curaba sus heridas e incluso era
usado por los brujos para adivinar el futuro de la tribu. Cuando los primeros
conquistadores llegaron para fundar Asunción, se encontraron con esta
costumbre, la adoptaron y la distribuyeron por todo el Virreinato.
Danza a la Diosa Caa Yari, versión moderna. |
El mate se convirtió entonces en gran
protagonista de la vida colonial. Lo tomaban desde el virrey hasta el último de
los esclavos. "Entre las familias de dinero había una ‘cebadora’ para
mate dulce y otra para amargo, y también el ‘mocito del agua’, que tenía que
cuidar que nunca hirviera", cuenta Josefina Armendares, especialista en yerba mate. El éxito del mate en el Río de la
Plata es bien llamativo, ya que al principio fue prohibido
tanto por la Iglesia
como por las autoridades civiles. “Cuando los jesuitas llegaron a la región del
Paraguay prohibieron el mate por considerarlo una herejía y una costumbre que
incentivaba la pereza y la haraganería. Hasta que vieron que los guaraníes
trabajaban mucho mejor cuando lo tomaban.
Personajes de las pampas argentinas dibujados por los primeros colonizadores |
Entonces, inventaron el mate cocido,
que en Europa se conoció como ‘el té de los jesuitas’. Fue esta orden religiosa
la gran promotora de la yerba mate: gracias a ella se descubrió la técnica para
hacer germinar la semilla y fue la primera en obtener cultivos artificiales. La Corona española les otorgó
el total usufructo de los beneficios de la yerba, y fue así que se
enriquecieron la Orden
y la región. Tanto que se lo llamó ‘el oro verde’.
Cuando expulsaron a los jesuitas de América, se descuidaron los yerbales y se fueron perdiendo hasta
desaparecer. Ellos se llevaron consigo el secreto de cómo hacer germinar la
semilla y no fue hasta después de la guerra de la Triple Alianza que
se pudo otra vez empezar a cultivar la yerba gracias a la colaboración de Aimé Bonpland,
naturalista francés, gran estudioso de la yerba mate, que enseñó la técnica de
germinación y promovió la plantaciones extensivas en toda la región donde antes
habían estado los jesuitas”.
A pesar de las prohibiciones y de los vaivenes de la producción, el
consumo de mate siguió creciendo y se fue convirtiendo en lo que es hoy en este
rincón de Sudamérica: no sólo una bebida y un alimento, sino una costumbre
emblemática inseparable de nuestra identidad.
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