SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 22 de enero de 2013

Ser Swinger, filosofía de esta tribu en franca expansión en Argentina:
“Nada tienen que hacer en esta filosofía el alcohol y las drogas, o los excesos, la búsqueda de los placeres físicos es el objetivo, asimismo la intimidad y la complicidad entre los miembros de la pareja”
Se denomina práctica swinger al encuentro sexual y social de una pareja con una persona o varias, donde el objetivo principal es el sexo recreacional. Es una actividad donde la pareja realiza intercambios sexuales de distintos tipos como el observar a otros cómo se relacionan sexualmente, o bien, optar por ser ellos mismos quienes sean vistos mientras practican el acto sexual, o, tal vez la más fuerte, es la participación de una tercera o cuarta persona a unirse al placer o intercambiar parejas. En los últimos años en la Argentina se han multiplicado las parejas swingers, quizás uno de los factores que interviene sea el avance tecnológico y la posibilidad de disponer de internet desde la comodidad de casa, que posibilita intimidad, anonimato y poca exposición. Además, hoy existen libros y revistas abocados a reunir parejas y personas que desean participar de encuentros sexuales, y que difunden esta práctica como un estilo de vida con una filosofía propia.
Las parejas swingers generalmente son emocionalmente monógamas, es decir, que viven con un compañero o compañera estable, con una familia constituida, pero se relacionan sexualmente con otras parejas. Las reuniones suelen darse en ambientes agradables y de confianza, en las que se siente libertad por expresar la sexualidad. Nada tienen que hacer en esta filosofía el alcohol y las drogas, o los excesos, la búsqueda de los placeres físicos es el objetivo, asimismo la intimidad y la complicidad entre los miembros de la pareja.
Las personas que lo practican provienen de todos los niveles económicos, aunque mayormente pertenecen a la clase media o alta, de todas las profesiones, razas y nacionalidades. En esta forma de relacionarse lo primordial es el respeto social y sexual hacia nuestras parejas y hacia los demás. 
Involucrarse sentimentalmente no es el fin, y la forma de comenzar no es precisamente ejerciendo presión hacia nuestro compañero/a. El cuidado hacia el otro es el cuidado hacia uno mismo, basándonos en el respeto y el diálogo, el aceptar la diversidad de forma de relacionarnos sin perder jamás el interés por la salud y la higiene.
El primer encuentro suele darse a través de internet utilizando el chat como medio para compartir las expectativas de cada uno de los integrantes de la pareja, qué quieren hacer y qué no y cuáles son sus límites. Se suelen utilizar nombres de fantasía, pseudónimos y frecuentemente se piden mutuamente los teléfonos o una conexión de video chat para comprobar que del otro lado está quien dice estar.
Cuando una pareja comienza a hablar de sus fantasías con otras personas, y deciden concretarla/s, pueden sucederse dos situaciones posteriores, que la experiencia sea gratificante para ambos, que los retroalimente positivamente, generando mayor complicidad entre los miembros o, el caso contrario, que alguno de los dos se incomode, se ponga celoso, y, que en el caso de que sea un tercero, éste intervenga jugando con sólo uno de los dos y genere un gran distanciamiento o ruptura en la relación.
Con esta decisión se pasa de las claras reglas de la relación de pareja monogámica tradicional a un terreno nuevo donde cada integrante tiene que conocerse mucho y conocer al otro, y juntos plantear las nuevas reglas y límites personales y de la pareja, ya que no están dados desde afuera.
La comunicación de la pareja, la claridad de cada uno, la sinceridad con uno mismo y con el otro y el respeto mutuo, son valores esenciales para incurrir en estas experiencias con éxito.

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