El pueblo en su conjunto se abrazo a una Colonial que aun escurría las
últimas gotas de una abundante lluvia, la gigantesca carpa y los espacios
contiguos se colmaron de voces de felicitaciones, amor y buenos deseos entre
los innumerables presentes.
El Intendente Dr. Raúl A.
Othacehé y su esposa Mónica Arnaldi fueron los anfitriones de lujo en
este tradicional brindis de Fin de Año.
Tras la bendición del Padre
Gerardo, cura párroco de la
Iglesia del Carmen, una multitud de asistentes alzó sus copas
para expresar sus buenos deseos y
augurios. El objetivo fue celebrar unidos la culminación de 12 meses
de ardua labor y esfuerzo diario.
Frente a amigos, vecinos,
empresarios, comerciantes, profesionales y autoridades de las más diversas
áreas, las palabras del Intendente estuvieron
colmadas de afecto y emoción “Agradezco
al pueblo de Merlo que hoy está acá presente, y a Dios, que nos ayudó a lo
largo de todo el año. Espero que el 2015 sea un año de felicidad, paz y mucho
trabajo”.
Orígenes del Brindis: Muchas son las historias que hablan sobre el
verdadero origen del brindis, algunas datan desde la época romana, pero también
existen los mitos o cuentos populares que dan ese toque misterioso y divertido.
La palabra brindis proviene del alemán “bring dir’s” que significa “yo
te lo ofrezco” y era la frase que se pronunciaba al momento de realizar el acto
de brindar.
Si bien en la actualidad usamos el término “brindis” para saludar, festejar o
felicitar, en el siglo IV a.c. en la antigua Roma el acto de brindar, era una
cuestión de confianza, ya que al chocar fuertemente las copas el líquido pasaba
de una copa a la otra y tras beber el anfitrión, no quedaban dudas de morir en
el intento, la desconfianza al envenenamiento en esa época era moneda
corriente.
En resumen, llámese brindis, toast, cheers, salute, mazel tov o santé,
espero y deseo que siempre tengamos familiares y amigos con quienes brindar,
motivos para celebrar, copas para llenar, y bebidas para llevar a cabo este
maravilloso acto.
Algunas rituales de fin de año: Espigas y
flores amarillas, baños de hierbas y de champaña, vueltas a la manzana con una
maleta, lentejas en el bolsillo, papas bajo la cama y el ritual de las 12 uvas: en buena parte de Latinoamérica, fin de año se
festeja con arraigados agüeros.
Las doce uvas: Una de las costumbres más comunes viene de España y
consiste en comerse 12 uvas con cada una de las 12 campanadas de la medianoche
del 31 de diciembre, preferiblemente seis moradas y seis verdes. Es una
tradición de origen español y extendida a otros países hispanoamericanos como
México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Chile, Colombia o Costa Rica.
Consiste en comerse 12 uvas, una por cada campanada a las 12 de la noche del 31
de diciembre (Nochevieja). El lugar tradicional de las 12 campanadas en España
es la Puerta
del Sol (Madrid), donde se encuentra el conocido reloj de la Casa de Correos.