Para mitigar el dolor
lumbar que estamos padeciendo es importante tener en
cuenta las medidas que indicamos a continuación; son tan efectivas que los
propios médicos las consideran como parte esencial del
tratamiento, no como terapia opcional.
*Las estadísticas indican que para evaluar la
mejoría de una persona con un problema de espalda lo mejor es comprobar su capacidad
aeróbica. Eso quiere decir que si tienes un problema de espalda que no requiere
cirugía, te interesa mejorar tu forma física. Un ejercicio muy eficaz es caminar llevando pequeños pesos en
las manos.
*El impacto de las pisadas en el asfalto genera
un estrés físico que se transmite a la espalda y produce
dolor lumbar. Ese dolor puede evitarse usando zapatos o
plantillas que absorben el impacto y que se venden en zapaterías y tiendas de
deporte. Varios estudios han revelado que el 80% de las personas que padecen
dolores de espalda notan rápida mejoría cuando cambian
el calzado habitual
por otro con almohadillas o suela que absorben el impacto.
*Para un dolor de espalda agudo y puntual, nada como el descanso...
en un primer momento. Luego, para estimular la circulación, tienes que
levantarte y caminar al menos media hora cada tres horas. Si no, correrás el riesgo
de quedarte rígido como una tabla y cualquier movimiento te produciría dolor
lumbar. De hecho, el reposo en cama puede no ser beneficioso. Un estudio ha
demostrado que las personas a las que se aconseja permanecer en cama una semana
por un dolor de espalda pierden un 45% más de días de trabajo en los tres meses
siguientes que los que no superan los dos días de cama.
*El dolor de espalda se puede aliviar con cualquier calmante que
tenga ácido acetilsalicílico, ibuprofeno o paracetamol, de venta sin receta. Si bien es conveniente
tomarlos en cuanto aparece el dolor lumbar, no conviene hacerlo antes “por si
el dolor aparece”.
*Si pruebas esta técnica
de relajación, seguro que
repites (en todo caso, te conviene). recostarse en el suelo, con las
pantorrillas apoyadas en lo alto de una silla y las rodillas dobladas en un
ángulo de 90º. Más que ninguna otra postura, esta posición reduce la presión en la espalda. Además, a la mayoría de la gente le resulta muy
cómoda.
*Al igual que una banda elástica, los músculos
sufren y se deterioran al estirarse por un movimiento brusco. Por eso, lo mejor
es calentarlos con una marcha relajada y sostenida. Camina balanceando
suavemente los brazos al andar y luego gírate lentamente de un lado al otro,
como en un swing de golf. Haz el movimiento varias veces antes de hacer ejercicios que
exigen impulso o fuerza.
*Para una espalda recta, no hace falta estar derecho como un poste. Los
especialistas aconsejan una postura recta, pero relajada, lo mismo estando de
pie que sentado. Es como menos tensión se ejerce sobre los músculos de la espalda.
*Los ejercicios en el agua, (en especial los que incluyen una gran variedad
de movimientos, como los que se hacen para aliviar la artritis), son la mejor
forma de desoxidar esos músculos de la espalda que pocas veces utilizamos.
También el yoga ayuda, siempre con el apoyo de personas que
nos hagan avanzar de acuerdo a nuestras aptitudes y tolerancia.
*Tiéndete en el suelo y coloca una pelota de
tenis debajo de ti, de forma que presione un punto sensible. Deslízate sobre la
pelota, empleando el peso del cuerpo, hasta que el dolor lumbar y la sensibilidad
disminuyan.
*Pide a tu pareja que te masajee los
puntos doloridos con una bolsa de hielo envuelta en una toalla húmeda. También
puedes acostarte de espaldas, con las rodillas dobladas, y deslizar la bolsa de
hielo con la toalla debajo de la piel. El calor (por ejemplo, almohadillas
eléctricas y botellas de agua caliente) alivia también los dolores lumbares.
Para saber qué método (calor o frío) te funciona mejor, pruébalo
durante algún tiempo y compruébalo tú mismo.
Como siempre la mejor opción es visitar a los especialistas,
pero intentar estas terapias ya comprobadas no cuesta nada.