Como festejan el Día
del Trabajo en Agustín Ferrari, Merlo:
Familias, Amigos,
Asado, Pizza, Generoso vino y Poesía.
El Magazín de Merlo se coló para mostrarles un 1° de Mayo
festejado en casa del “Tano de las Rosas” y Elvira, (la mama).
Todo comenzó con una recorrida de El Magazín de
Merlo por el barrio, de todos los hogares se desprendía humo con aroma a asado,
o exquisito locro o las pastas infaltables. Las familias y los amigos se
mezclaban en los distintos hogares, todos portaban algo sabroso en sus manos, (además
de vino, cerveza rubia o negra y gaseosa para los niños)
El Día del Trabajo en argentina es un ritual que
nace de la necesidad de las habitantes de decir, “Hoy festejo mi día”, a pesar
de que ha habido algunos cambios dentro de la sociedad, por ejemplo unas décadas
atrás nadie abría su negocio o trabajaba el 1° de Mayo, pero con el desembarco
de los grandes supermercados, que solo cierran cuando se funden, los pequeños
comercios para sobrevivir tuvieron que mutar, y comenzaron ha abrir medio día
por lo menos, (hasta la 13 horas que esta lista la mesa).
Pude ver obreros
trabajando en sus casas o terminando algún trabajo pendiste de constricción ya
que el día fue bellísimo. Otro cambio importante se pudo ver fue en los
trabajadores del Municipio de Merlo, los camiones que recogían ramas y basura en
general trabajaron normalmente hasta pasado el medio día. Ni positivo ni
negativo, es un cambio necesario debido a las distintas exigencias de un tercer
milenio saturado de novedades y cambios evolutivos dentro de la sociedad de un
mundo hoy altamente competitivo.
En mi caso personal trabajamos con Hilary hasta
las 13 horas, tomamos neutros paquetes y fuimos a la casa del Tano de las
Rosas, su mama Elvira y Estella. Si alguien sabe agasajar a su invitados es
Roberto, bautizado por el poeta del
barrio como el Tano de las Rosas, todo lo que posee lo ofrece a mano llenas, y
Elvira su mama, cree que siempre falta algo, auque sobre de todo. Las longanizas
parrilleras no se hicieron esperar, luego el pachito de cerdo, sin dejar de
picar las ensaladas y el arrollado primavera.
La tarde se extendió hasta la
noche y completamos la jornada con las exquisitas e inclasificables pizzas de
Roberto en sus mil y una variedades, la masa hecha por sus propias manos y horneadas
en su horno a leña. Y como todos trabajábamos luego de tertulias y lectura de poesías
por el autor y los presentes, exclamamos al unísono: ¡FELIZ Día del TRABAJO!
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