sábado, 15 de septiembre de 2012


 

DIETAS para verse mejor en primavera y verano ¡NO exagerar!
Los mejores resultados se observaron entre los que seguían programas de pérdida de peso controlados, así como entre quienes hacían actividad física en forma regular. 
¡Todos al gimnasio! es una de las soluciones.
 El asunto es que por una causa u otra es habitual aumentar de peso durante la época fría, mientras que también es habitual querer lucir bien cuando empieza el “destape”. Por eso, ante el apuro, muchos deciden confiar en fórmulas milagrosas que devuelvan la figura y las dietas extremas están a la orden del día. Pero... ¡malas noticias! No sólo no existen las soluciones mágicas, sino que además los especialistas las desaconsejan cada vez más por sus efectos negativos para la salud y por el famoso “efecto rebote” por el cual se recuperan rápidamente los kilos perdidos. 
Alimetacion controlada

Aunque logran un descenso rápido hay que preguntarse a costa de qué. Suelen implicar un gran sacrificio por el impedimento de consumir ciertos alimentos o por la reducción de la ingesta que lleva a pasar hambre. Mónica Katz, directora de la carrera de médico especialista en Nutrición de la Universidad Favaloro, enfatizó que las dietas extremas, en principio, no muestran mejor adherencia ni mejores resultados a largo plazo que las de bajas calorías y balanceadas. 
Lograr estos resultados requieren tiempo y disciplina.
La profesional argumentó que una investigación demostró que si bien las personas perdían entre 5 y 10% de peso en los primeros seis meses, dos a cinco años después la mayoría de los participantes volvía al peso inicial. Además, entre 30 y 60% de los participantes había ganado más peso que el que había perdido con las dietas. Los mejores resultados se observaron entre los que seguían programas de pérdida de peso controlados, así como entre quienes hacían actividad física en forma regular. 
¡Cuidado con los extremos!
La docente e investigadora en Nutrición Natalia Pampillón aseguró que la que más está de moda es la cetogénica, que es alta en grasas y proteínas y elimina los hidratos de carbono, verduras y frutas. “Pese a que es la más desequilibrada de todas, la hace todo el mundo; pero produce sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular y grasas. Si perdés músculos, necesitás menos calorías para vivir, entonces luego es más fácil engordar” porque la mayor ingesta no se gasta. Además esta dieta en particular produce una toxina vascular que predispone a enfermedades cardiovasculares.

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