SEMANA del SUEÑO:
Aproximadamente el 25 por ciento de los argentinos padece de
“problemas severos del sueño” y el 50 por ciento tiene “algún inconveniente”
para dormir”, según revelaron especialistas al comenzar hoy la “Semana del
Sueño”.
El mito de dormir ocho
horas comenzó en la década de los 90, cuando el psiquiatra Thomas Wehr realizó
un experimento en el cual se dejaba a un grupo de personas en la
oscuridad durante 14 horas cada día durante un mes. Gracias a esta
investigación, se regularon algunos tiempos entre los participantes, quienes
primero dormían durante cuatro horas y luego se despertaban durante una o dos
antes de caer en otro sueño de cuatro horas. De esta manera, el público en
general comenzó a popularizar el tiempo estándar de 8 horas para el sueño.
Aunque en la sociedad actual, en la que cada vez se hacen más
actividades en la noche, el tiempo para descansar ha disminuido
Las estadísticas
difundidas revelaron que en la actualidad, los argentinos duermen seis horas,
un 25 por ciento menos que hace 40 años, y esto trae profundas consecuencias en
la calidad de vida y en la salud de las personas. Los estudios señalan
que, luego de seis horas de haber iniciado el día, dormir un máximo de 40
minutos puede servir como nuevo comienzo para el cuerpo y la cabeza.
“El bajón del grado de
alerta se da a las seis horas de estar despierto, pero estar descansado, además
de ser saludable, mejora la productividad. Por eso en muchas empresas las áreas
de recursos humanos buscan que sus empleados tomen una siesta”, explicó el médico
Daniel Leytaud.
Por su parte, Daniel
Vigo, investigador de Conicet en el Laboratorio de Neurociencias de la facultad
de Medicina de la UCA ,
destacó que “el sueño cambia la forma en que respiramos y hasta la manera que
late nuestro corazón. Y las alteraciones prolongadas en la cantidad o calidad
de sueño se asocian con la aparición de distintas enfermedades”.
Los especialistas en
sueño dicen que llegó la hora de recuperar la siesta antes de que la situación
se agrave aún más: las mujeres y los hombres de 1950 descansaban más. O, por lo
menos, dormían, en promedio, dos horas más cada noche. “Hace 60 años, el
promedio de sueño era de ocho horas, y ahora los distintos estudios muestran
que en las sociedades urbanas y desarrolladas, como las de Buenos Aires, San
Pablo o México DF, actualmente el promedio está en seis horas y media, siete
como máximo”, señalan los investigadores especializados en psicofisiología.
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