¿La HONESTIDAD es un valor humano
que no cotiza
en el mercado?
No
siempre somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros
actos: el auto-engaño hace
que perdamos la perspectiva con respecto a nuestra propia honestidad.
Lo contrario de la honestidad
sería la deshonestidad, una práctica que comúnmente es repudiada en las
sociedades contemporáneas, ya que se la asocia con la hipocresía,
la corrupción, el delito y la falta de ética.
La honestidad es una cualidad
humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y
de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la
honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con
el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también
implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
Dado que las intenciones se relacionan estrechamente con la justicia y se relacionan con los conceptos
de "honestidad" y "deshonestidad", existe una confusión muy
extendida acerca del verdadero sentido del término. Así, no siempre somos
conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos: el auto-engaño hace que perdamos la
perspectiva con respecto a la honestidad de los propios actos, obviando todas
aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.
A una persona honesta se le reconoce
ya que no miente, además siempre realiza sus actos de una manera totalmente
legal. Una persona honesta es aquella que con su honestidad le aporta mucho a
su comunidad, ya que le brinda confianza y seguridad.
La honestidad como cualidad ética
o moral en sociedad está también muy ligada a la sinceridad, a la coherencia,
la integridad, el respeto y la dignidad. Pero como la verdad humana nunca puede
ser absoluta, la honestidad también es un valor subjetivo, en
la medida en que depende del contexto y de los actores involucrados. Por esta
causa se vuelve muy dificultoso establecer parámetros morales compartidos de
una sociedad o de una cultura a otra, e incluso entre grupos o entre individuos
estas concepciones pueden cambiar radicalmente y lo que para uno es una muestra
de honestidad para otro no lo es.
En los distintos campos de una
sociedad típica, además, el concepto de honestidad es variable y más o menos
priorizado.
Por ejemplo, se prioriza la
honestidad en la ciencia, pero en los ámbitos políticos esta noción es mucho
más debatible.
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