Es un rasgo
de carácter esencial para la progresión del ser humano. Muchas cosas buenas que
se pueden hacer en este mundo se pierden en medio de titubeos, dudas,
vacilaciones y falta de determinación.
Cuando se aconseja resistir, no es sólo una
expresión de aliento para alguien que se encuentra en apuros, sino un buen
consejo para alguien a quien le va bien en el mundo. Al guiar o animar a los
demás, al mejorarnos a nosotros mismos, al consagrarnos de lleno a una causa
más grande, la perseverancia es crucial para el éxito.
La
perseverancia también debe considerarse como un elemento imprescindible para
superar todo tipo de adversidades. En la
vida siempre estamos expuestos a sufrir contrariedades; viviendo situaciones
donde todo parece estar en nuestra contra, y sin que se perciba salida alguna.
La mayoría de estas situaciones acostumbran a tener un carácter pasajero,
aunque a veces pueden llegar a convertirse en crónicas.
La perseverancia, cuando va
unida a la confianza en uno mismo, pasa a ser uno de los motores que nos permitirán
salir airosos de la mayoría de situaciones. La otra cara de la moneda se
produce cuando cunde el desánimo y la inseguridad. Estos son dos de los grandes
aliados del fracaso. Es cierto que algunas veces la sombra del desánimo y el
abandono pueden ganar ocasionalmente la partida, pero incluso en los casos más
adversos, perseverancia y confianza se constituyen como el arma más eficaz para
superar todo tipo de adversidades.
Aquellos hechos que nos parecen
asombrosos e inalcanzables para el común de los mortales– pertenece sin duda a
personas dotadas de notable inteligencia y
capacidad en algunos aspectos concretos, sin embargo aquellos hechos que les
han servido para ser catalogados como genios esconden, casi siempre, grandes
dosis de perseverancia. La perseverancia es una actitud que han hecho suya y
les ha servido de base para fundamentar el éxito obtenido.
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