En un día como hoy durante 1475 nacía
MIGUEL ANGEL BUONARROTI: Escultor, pintor y arquitecto.
Su obra cumbre como arquitecto fue la Basílica de San Pedro. La dirección de las
obras, iniciadas por Donato Bramante y continuadas, entre
otros, por Antonio da Sangallo y Rafael, le fueron encomendadas por
el Papa en 1546.
Nació
el 6 de marzo de 1475 en Caprese, cerca de Arezzo. Hijo de
Ludovico Buonarroti, oficial florentino al servicio de la familia Medici,
que colocó a su hijo cuando contaba 13 años de edad en el taller del pintor Domenico
Ghirlandaio. Dos años más tarde se sintió atraído por la escultura en el
jardín de San Marcos, lugar al que acudía con frecuencia para estudiar las
estatuas antiguas de la colección de los Medici.
Conoció
a los Medici más jóvenes, dos de los cuales llegaron a ser papas (León X y Clemente VII); y también a humanistas
como Marsilio Ficino y a poetas como Angelo
Poliziano. Con 16 años, ya había realizado al menos dos esculturas en
relieve, el Combate de los lapitas y los centauros y la Virgen de la Escalera (ambas
fechadas en 1489-1492, Casa Buonarroti, Florencia). Su mecenas, Lorenzo el Magnífico, murió en 1492;
dos años después abandonó Florencia. Durante una temporada se estableció
en Bolonia, donde esculpió entre 1494 y 1495 tres estatuas de mármol
para el Arca de Santo Domingo en la iglesia del mismo nombre. Después,
viajó a Roma, donde estudió las ruinas y estatuas de la antigüedad
clásica que por entonces se estaban descubriendo.
Paralelamente
a su trabajo como escultor, tuvo la oportunidad de demostrar su pericia
como pintor al encomendársele un fresco para el Salón de los
Quinientos del Palazzo Vecchio, la Batalla de Cascina, frente a otro
encargado a Leonardo da Vinci sobre la Batalla de Anghiari.
Ninguno de los dos artistas llevó a cabo su cometido sólo se realizó un dibujo
preparatorio sobre cartón a escala natural.
En 1505 interrumpió su trabajo en
Florencia al ser llamado a Roma por el papa Julio II para realizar dos encargos. El
más importante de ellos fue la decoración al fresco de la bóveda de la Capilla Sixtina ,
que le tuvo ocupado entre 1508 y 1512, 24 años antes de comenzar, en 1536, el Juicio
Final. Pintando en una posición forzada, acostado de espaldas al suelo
sobre un elevado andamiaje, plasmó algunas de las más exquisitas imágenes de
toda la historia del arte.
Sobre
la bóveda de la capilla desarrolló nueve escenas del Libro del Génesis,
comenzando por la Separación
de la luz y las tinieblas y prosiguiendo con Creación del Sol y la Luna , Creación de los
árboles y de las plantas, la
Creación de Adán, Creación de Eva, El
pecado original, El sacrificio de Noé, El Diluvio Universal y
por último La embriaguez de Noé. Enmarcando estas escenas principales
que recorren longitudinalmente todo el cuerpo central de la bóveda, se alternan
imágenes de profetas y sibilas sobre tronos de mármol, junto con
otros temas del Antiguo Testamento y los antepasados de Cristo.
Con
anterioridad a la bóveda de la
Sixtina , en 1505, recibió el encargo del papa Julio II de
realizar su tumba. Pensada para ser emplazada en la nueva Basílica de
San Pedro, inició con gran entusiasmo este nuevo desafío que incluía la talla
de más de 40 figuras, pasando varios meses en las canteras de Carrara
para obtener el mármol necesario. Pudo terminar algunas de sus mejores
esculturas con destino a la tumba de Julio II, entre las que destaca el Moisés
(c. 1515), figura central hoy conservado en la Iglesia de San Pedro in
Vinculis, Roma.
Como
arquitecto no comenzó hasta 1519, cuando diseñó la fachada (no realizada) de la Iglesia de San Lorenzo en
Florencia, ciudad a la que había regresado tras su estancia en Roma. Durante la
década de 1520 diseñó también la Biblioteca Laurenciana ,
anexa a la citada iglesia, aunque los trabajos no finalizaron hasta varias
décadas después. También emprendió -entre 1519 y 1534- el encargo de hacer las
tumbas de los Medici en la Sacristía Nueva de San Lorenzo. Comenzó
a trabajar en 1536 en el fresco del Juicio Final para decorar la pared
situada tras el altar de la
Capilla Sixtina , dando por concluidos los trabajos en
1541. En 1538-1539 se iniciaron las obras de remodelación de los edificios en
torno a la Plaza
del Capitolio (Campidoglio). El proyecto de ordenación de la plaza diseñado por
Miguel Ángel no se llevó a cabo hasta finales de la década de 1550 y no se
remató hasta el siglo XVII.
Su obra cumbre como arquitecto fue la Basílica de San Pedro. La dirección
de las obras, iniciadas por Donato Bramante y continuadas, entre
otros, por Antonio da Sangallo y Rafael, le fueron encomendadas por el
Papa en 1546. Siguiendo el esquema de Bramante, diseñó un templo de planta de
cruz griega coronado por una espaciosa y monumental cúpula sobre pechinas de 42 metros de diámetro.
Posteriormente, Carlo Maderno modificó la planta original y la
transformó en una planta de cruz latina. Michelangelo Buonarroti falleció en Roma
el 18 de febrero de 1564.
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