HIPOCRESIA, hoy casi un estilo de vida, una
explicación muy larga para explicar lo inexplicable:
Una persona hipócrita, es aquella que pretende que se
vea la grandeza y bondad que construye con apariencias sobre si misma,
propagándose como ejemplo y pretendiendo o pidiendo que se actúe de la misma
forma, además de que se glorifique su estilo, aunque sus fines y logros están
alejados a la realidad.
La hipocresía es la actitud constante o
esporádica de fingir creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares que no se tienen o no se siguen.
La persona hipócrita finge cualidades o sentimientos contrarios a los que
verdaderamente tiene o experimenta. La hipocresía en si es un tipo de mentira o pantalla de reputación. En muchos
idiomas, incluido el francés, un
hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y verdadera personalidad.
El
concepto de hipocresía proviene de un
vocablo griego que hace referencia a la función de desempeñar un papel,
de actuar. En la
Antigua Grecia el hipócrita era un actor
teatral, sin ningún tipo de connotación negativa. Posteriormente, en
esta misma cultura, se utilizó el término para referirse a aquéllos que “actuaban”
en la vida cotidiana, es decir que fingían
ser personas que no eran; significado que todavía se le da.
Hipocresía y relaciones humanas: Al día de hoy y viviendo en un mundo donde la vida se rige con un conjunto de reglas
y acciones que todos los individuos deben realizar para moverse en el
mundo de una forma aceptable; reglas que incluyen un comportamiento políticamente correcto.
Con
todo esto podemos expresar que la hipocresía consiste en preconizar ciertos valores y aplicar otros en la vida cotidiana. Por
ejemplo: un padre que intenta concienciar a sus hijos sobre los peligros del
consumo excesivo de alcohol y luego llega ebrio a su casa, es un hipócrita.
Otra
muestra de hipocresía se encuentra en la personalidad pública que, frente a
cámara, habla sobre la importancia de la solidaridad y la ayuda social pero, en
su vida privada, jamás ayuda a nadie pese a tener los medios económicos
necesarios para hacerlo.
La psicología: Hay quienes sostienen que la
hipocresía es necesaria para el normal funcionamiento de la sociedad; de este modo los individuos deberían
fingir sentimientos contrarios a los que realmente experimentan para evitar
conflictos. Una forma de entender las relaciones ciertamente falsa y
superficial, pese a ser la más aceptada. Se cree que si los sujetos dijeran la
verdad sin ningún tipo de tapujos, podrían provocarse situaciones de
incomodidad que no desean.
Esta
conducta no es propia de un mundo ideal, ya que en una sociedad donde los
individuos experimentaran seguridad y libertad
tendrían el espacio para expresar sus ideas y emociones sin ningún tipo de
temor. Después de todo, que alguien exprese que no le gusta algo de otra
persona no tiene por qué ser negativo, en todo caso es su forma de percibirlo,
tan válida como la de cualquier otro pero sin ningún tipo de autoridad como
para hacerle daño al individuo en cuestión.
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