La Felicidad de la Regencia de María de Medicis. Rubens 1625 |
El ser humano suele sentir felicidad
cuando alcanza sus objetivos
y cuando logra solucionar los distintos retos que se enfrenta en su vida
cotidiana. En los casos en que esto no se logra, se produce la frustración que lleva a la pérdida
de la felicidad. Las personas que se sienten autorrealizadas y plenas son más serenas y estables, ya
que logran un equilibrio entre las cargas emocionales
y las cargas racionales.
La
felicidad es un estado
del ánimo que supone una satisfacción.
Quien está feliz se siente a gusto, contento y complacido. De todas formas, el
concepto de felicidad es subjetivo y relativo. No existe un índice de
felicidad o una categoría que haya que alcanzar para que alguien se considere
como una persona feliz. Desde un punto de vista biológico, la felicidad es el
resultado de una actividad neural fluida, donde los factores internos y
externos estimulan el sistema límbico.
Luchar constantemente por un sueño llamado felicidad |
Muchos
son los estudios y las ramas científicas que se han centrado en analizar en
profundidad el concepto de felicidad y es que la misma es el objetivo que todas
las personas buscamos a lo largo de nuestra vida. En concreto, nos topamos con
el hecho de que tanto la filosofía como la antropología, la sociología o la
psicología tienen como elemento de trabajo a aquella.
Esfuerzo y superación nos muestras el camino de la felicidad |
Así
mientras que la
Antropología lo que hace es investigar cómo las distintas
culturas han conocido que la felicidad es una cosa y no otra, la sociología
estudia lo que son los factores sociales que contribuyen no sólo a lo que cada
individuo considere como tal sino también a lograr la misma.
Soñando ser feliz se alcanza la felicidad |
Por
su parte, dentro de la Psicología Positivista , nos encontramos con una
rama que se llama paradigma positivista. Una figura esta que, al igual que los
restos de miembros de dicha área científica, considera que la felicidad es el
fruto de la suma de lo que son las actividades positivas y las emociones
positivas. En concreto ejemplos de estas últimas serían la satisfacción, el
placer corporal, el orgullo, la alegría o el optimismo.
Hay
quienes creen o sienten que la felicidad está relacionada con los bienes
materiales y con el dinero. Por eso existen frases como “El dinero no hace la felicidad, pero ayuda”.
Es que el dinero es el medio necesario para la satisfacción de las necesidades
materiales humanas; una vez que éstas están satisfechas, el individuo tiende a
buscar productos que le proporcionen mayor felicidad.
Urbino, 1510, la felicidad en la religión |
En cambio, las religiones
y la gente con preferencia por lo espiritual asocia la felicidad a un estado
del alma donde el ser se siente en paz.
Este estado puede alcanzarse con una relación personal o con el vínculo con los
seres queridos, por ejemplo.
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