martes, 4 de febrero de 2014

Prisioneros del EXTASIS: El narcotráfico se instalo en Argentina y la producción local va en asenso día a día.


Los números del éxtasis:
600.000 pastillas: Fue descubierto en Mar de Ajó (2013) un laboratorio con capacidad de procesar más de medio millón de pastillas de éxtasis
310.000 dosis en Ezeiza: Desde 2004, la Aduana secuestró en Ezeiza una cantidad de pastillas de éxtasis que equivale a la mitad de la producción de un laboratorio local
2000% aumento de decomisos: Es el crecimiento de dosis incautadas de 2011 a hoy.


Distribución: Una nueva característica de maxiquiosco de drogas es encontrada en los vendedores callejeros de éxtasis, que en general caen con esa droga en su poder sumada a cocaína y marihuana listas para la venta minorista. La diversificación de mercados también alcanza a las drogas sintéticas, con el LSD y la ketamina como compañías del éxtasis.
Las mismas redes parecerían encargarse de la distribución y venta de toda clase de drogas. Un narcomenudeo que empieza a contar con producción local con suficiente elaboración como para abastecer todo el mercado. Y hacerlo crecer.

¡Que es el AXTASIS y que nos hace?
Origen del éxtasis: En 1912 la compañía Merck aisló accidentalmente la MDMA (3,4-metilendioximetanfeta-mina), Al no encontrarle un aplicación médica concreta, los laboratorios abandonaron su investigación. Entre 1953 y 1954 el ejército estadounidense retomó las investigaciones. Aunque los primeros datos biológicos sobre las mismas se publicaron hasta 1973, no fue sino hasta la década de los 80, cuando personajes como el químico estadounidense Alexander Shulguin, la trajeron de nuevo a la luz pública. Según sus propias palabras: “Rescaté esta sustancia por sugerencia de un amigo. La probé y escribí mucho sobre ella en las revistas médicas. Descubrí que tenía notables beneficios terapéuticos.
 
En su momento representó la aparición de una nueva familia de agentes que permiten al individuo expresar y experimentar contenidos afectivos reprimidos por las barreras culturales.” El MDMA alcanzó gran popularidad entre la cultura underground californiana y entre la clientela de los clubes nocturnos. Los vendedores, en una acción de marketing, la rebautizaron con el nombre de extasis. En 1985, el gobierno estadounidense declaró esta sustancia ilegal a pesar de que numerosos científicos argumentamos sobre sus propiedades para hacer aflorar pensamientos y recuerdos reprimidos.
 
Formas de adulteración: En España, según informes recientes del Instituto Nacional de Toxicología (INT), la cantidad del principio activo presente en las muestras incautadas (pastillas o cápsulas de aproximadamente 300 mg) oscila entre 90 y 166 mg. Regularmente se adultera con benzodiacepinas como piracetam; también con buprenorfina, dextropropoxifeno, resina de marihuana, metilfenidato, fenmetrazina, cafeina. Asimismo, es común que se hagan pasar por éxtasis otras sustancias similares como es el caso de la MDEA y MBDB, anfetaminas, compuestos bastantes diferentes como el DOB o sustancias prácticamente inactivas como la PMA o la PMMA.
 
Formas de ingestión: El modo más común de ingerirla es por vía oral. Cuando se presenta en forma de píldoras, su absorción es más rápida y completa si ésta se coloca debajo de la lengua; en el caso de las cápsulas, regularmente se disuelven en jugos o aguas de frutas. Un modo alternativo de tomarla es a través de la aspiración, en cuyo caso produce un efecto más inmediato aunque su duración se reduce.
 
Los efectos comienzan a notarse entre los 20 y los 60 minutos posteriores a la ingestión, su acción máxima se presenta entre una y dos horas después; tras lo cual disminuye progresivamente hasta desaparecer entre las cuatro y las seis horas. Al llegar al cerebro, la MDMA provoca la liberación de dopamina y noradrenalina. Estimula el Sistema Nervioso Central provocando alteraciones en la esfera emocional
 
Peligros para la salud: Altas dosis causan agitación, convulsiones, deshidratación, vómitos y alucinaciones. El éxtasis afecta la producción interna del neurotransmisor serotonina, uno de los mecanismos a través de los cuales se regula la temperatura corporal, por lo cual, cuando los efectos del éxtasis son combinados con una actividad física como el baile, el usuario puede experimentar un descontrol de la temperatura corporal y sufrir lo que se conoce con el nombre de “golpe de calor” y deshidratarse.

Para poder combatir la deshidratación y re-hidratar el cuerpo, las personas necesitan regular la cantidad de líquidos que consumen. Sin embargo, se estima que el éxtasis también tiene la capacidad de distorsionar la habilidad del cerebro para saber cuando una persona ha tomado suficiente liquido. Es por esto que el consumo excesivo de agua puede causar también una distorsión en la estructura celular con posterior muerte de células en algunos casos. Muchos órganos vitales como el hígado, corazón, pulmones y cerebro son especialmente susceptibles a esta distorsión de la estructura celular.
 
Por estas razones los usuarios de éxtasis en fiestas Rave y Dance deben consumir agua regularmente para reponer los fluidos perdidos a través de la transpiración (aproximadamente medio litro por hora).
El éxtasis produce un “efecto resaca” al otro día de haberlo consumido. Algunos síntomas pueden incluir: Dolores musculares. Pérdida de apetito. Insomnio. Perdida de concentración. Depresión.

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