Circulacion normal de la sangre en las arterias |
A la hora de hacer un diagnóstico de los adultos mayores, se vuelve
importante revisar la presión arterial simultáneamente en brazos y piernas. Se
calcula que entre 15 y el 20 % de adultos de 70 años o más padece esta
afección, cuyos síntomas son dolores o molestias en las piernas al andar y pasa
con un poco de reposo.
Sin
tratamiento, la enfermedad arterial periférica puede empeorar, derivando en
dolor incluso en reposo, heridas en la pierna que no cicatrizan y hasta
amputación.
CAUSAS:
La causa más común para la enfermedad arterial periférica es el endurecimiento
y estrechamiento de las arterias, enfermedad conocida como ateroesclerosis. Las
arterias estrechas reducen el flujo sanguíneo hacia los órganos y extremidades.
FACTORES
DE RIESGO: Entre los factores de riesgo están la edad, el hábito de fumar, la
diabetes, la hipertensión y altos niveles de colesterol. Los primeros síntomas
de la enfermedad arterial coronaria suelen implicar dolor o molestia en las
piernas que siempre se presenta después de hacer ejercicio o caminar,
generalmente en los músculos de las pantorrillas.
El
dolor desaparece después de varios minutos de permanecer de pie. Otros síntomas
podrían incluir incomodidad, pesadez, ardor o pérdida de la fuerza en las
piernas; también pueden presentarse ciertas sensaciones en los muslos, caderas,
nalgas y músculos de la pantorrilla.
Cuando
la enfermedad arterial periférica avanza, el dolor o molestia de la pierna
puede surgir en reposo y llegar a ser tan fuerte que impide el sueño. La
disminución del flujo sanguíneo puede provocar frío en las piernas y pies,
cambios en el color de la piel, llagas que no cicatrizan en las piernas o pies,
y por último, la muerte de los tejidos que podría requerir amputación.
Alrededor
de 50 % de las personas con enfermedad arterial periférica presenta síntomas,
mientras que otros sólo tienen síntomas vagos, de manera que es fácil pasar por
alto la afección. Y por eso se recomienda realizar exámenes de detección para
la enfermedad arterial periférica a partir de los 65 años, o desde los 50 años
en los adultos con antecedentes de tabaquismo o diabetes. Los exámenes se
realizan en el consultorio médico, comparando las lecturas de la presión
arterial de brazos y piernas.
LOS
TRATAMIENTOS DISPONIBLES: El tratamiento de esta enfermedad implica aplicar
tácticas para mejorar la salud cardiovascular, tales como dejar de fumar, hacer
ejercicio a diario o casi todos los días, y mantener un peso sano.
A
fin de reducir el dolor, el médico puede recomendar un programa de caminatas
supervisado que incluya andar hasta que se presente el dolor, descansar, y
luego volver a andar. Dicha táctica sirve para enseñar a los músculos a
aprovechar el oxígeno con más eficacia. Por lo general, se observa una mejora
de 150 % en la distancia recorrida y el tiempo de la caminata.
Eventualmente
podría ser necesaria una cirugía cuando la mejoría de la salud cardiovascular
no basta para lentificar el avance de la enfermedad arterial periférica. Las
opciones incluyen procedimientos para destapar las arterias estrechas o para
circunvalar las arterias obstruidas.
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