La LECTURA es la perfecta gimnasia CEREBRAL: Cuanto más leamos y escribamos, mejor llegaremos a la tercera edad.
El hábito de la lectura y de la
escritura activan y mejoran nuestra reserva cognitiva, es decir, nuestra
capacidad para seguir manteniendo actividades cerebrales con el paso del
tiempo. A corto plazo, leer es un delicioso placer para el corazón; con el paso
del tiempo, toda una recompensa para el cerebro.
La lectura es una de las actividades
cerebrales más complejas que hay, sólo exclusiva del ser humano. Los cetáceos y
primates tienen algo parecido a una interpretación de signos pero la lectura y
la escritura es exclusiva de la especie humana y ocupa un tercio de nuestra
actividad cerebral.
Plan perfecto para niños y mayores Con la lectura y la
escritura creamos imágenes sobre aquello que estamos leyendo o escribiendo por
lo que fomentamos la imaginación de los más pequeños. Para ellos es
fundamental; les focaliza y aumenta la capacidad de concentración “La idea de
la lectura debe ser muy corta, el niño más pequeño tiene una obsesión por
acabar las cosas. Desde los 8-10 años conviene que corten de manera que eso les
obligue a retomar la lectura en un punto y por tanto a recordar; eso mejora la
memoria”, aconseja el doctor. El hábito de la lectura empieza con la lectura
hablada, con la lectura de cuentos por parte de los padres.
“No que se los
cuenten de memoria, que el niño vea a los mayores con un libro entre las manos,
es un vínculo que se genera y luego entienden que las personas mayores utilizan
los libros”, No todo el mundo lo hace igual. “Muchas personas tienen una
lectura poco imaginativa y el hecho de estar delante de un libro no significa
que estés metido dentro del libro. Si le
aburre el libro, lea el periódico pero léalo, no el titular, lea el editorial;
el artículo suele ser un texto muy concreto, con mucho mensaje informativo pero
poco mensaje ficcional”, “Cuando yo leo c-i-e-l-o, sé que es algo de color
azul, tengo un sistema inicial que decodifica los símbolos, las letras, pero
cuando leo hay zonas del cerebro que se activan que no son propiamente las
implicadas en la decodificación de la señal; activo sensaciones sobre la última
vez que vi el cielo y emociones asociadas a ello.
Leer mantiene joven nuestro
cerebro, leamos lo que sea, pero leamos.
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