lunes, 9 de marzo de 2015

La LECTURA es la perfecta gimnasia CEREBRAL: Cuanto más leamos y escribamos, mejor llegaremos a la tercera edad.


El hábito de la lectura y de la escritura activan y mejoran nuestra reserva cognitiva, es decir, nuestra capacidad para seguir manteniendo actividades cerebrales con el paso del tiempo. A corto plazo, leer es un delicioso placer para el corazón; con el paso del tiempo, toda una recompensa para el cerebro.  


La lectura es una de las actividades cerebrales más complejas que hay, sólo exclusiva del ser humano. Los cetáceos y primates tienen algo parecido a una interpretación de signos pero la lectura y la escritura es exclusiva de la especie humana y ocupa un tercio de nuestra actividad cerebral.


 Plan perfecto para niños y mayores Con la lectura y la escritura creamos imágenes sobre aquello que estamos leyendo o escribiendo por lo que fomentamos la imaginación de los más pequeños. Para ellos es fundamental; les focaliza y aumenta la capacidad de concentración “La idea de la lectura debe ser muy corta, el niño más pequeño tiene una obsesión por acabar las cosas. Desde los 8-10 años conviene que corten de manera que eso les obligue a retomar la lectura en un punto y por tanto a recordar; eso mejora la memoria”, aconseja el doctor. El hábito de la lectura empieza con la lectura hablada, con la lectura de cuentos por parte de los padres. 


“No que se los cuenten de memoria, que el niño vea a los mayores con un libro entre las manos, es un vínculo que se genera y luego entienden que las personas mayores utilizan los libros”, No todo el mundo lo hace igual. “Muchas personas tienen una lectura poco imaginativa y el hecho de estar delante de un libro no significa que estés metido dentro del libro.  Si le aburre el libro, lea el periódico pero léalo, no el titular, lea el editorial; el artículo suele ser un texto muy concreto, con mucho mensaje informativo pero poco mensaje ficcional”, “Cuando yo leo c-i-e-l-o, sé que es algo de color azul, tengo un sistema inicial que decodifica los símbolos, las letras, pero cuando leo hay zonas del cerebro que se activan que no son propiamente las implicadas en la decodificación de la señal; activo sensaciones sobre la última vez que vi el cielo y emociones asociadas a ello.


Leer mantiene joven nuestro cerebro, leamos lo que sea, pero leamos. 

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