viernes, 14 de agosto de 2015

Cerca de medio millón de personas firmaron una petición en contra de que el Papa Francisco autorice la comunión a los divorciados.

Según la página internet www.filialesuplica.org, más de 462.700 personas en todo el mundo habían firmado hasta este jueves la petición. Cerca de medio millón de personas firmaron una petición en contra de que el papa Francisco autorice la comunión a los divorciados que se vuelven a casar y de condena a la unión entre homosexuales, han informado este jueves los organizadores de la iniciativa.

Llamada "Filial Súplica a su Santidad para el futuro de la familia", los firmantes piden con ese mensaje al "papa Francisco que reafirme categóricamente la enseñanza de la Iglesia de que los católicos divorciados y vueltos a casar civilmente no pueden recibir la Sagrada Comunión y que las uniones homosexuales son contrarias a la ley divina y a la ley natural".
La iniciativa fue lanzada por varias organizaciones católicas conservadoras, conocidas por sus campañas en contra del aborto y que cuentan con el apoyo de numerosos dirigentes de la Iglesia católica. Entre los firmantes figuran, de hecho, varios obispos y cardenales, entre ellos el estadounidense Raymond Burke, cuya influencia en la Curia Romana ha disminuido tras la elección en 2013 del papa argentino.
Las parejas del mismo sexo también encuentran en algunos
curas y pastores la bendición de sus bodas.

El pontífice convocó para octubre un sínodo o asamblea de obispos de todo el mundo para debatir varios temas que se anuncian complicados, si bien el documento de trabajo divulgado en junio resulta una mediación entre posiciones progresistas y conservadoras.
La cuestión de los católicos que se casan en segundas nupcias divide a la Iglesia, al igual que el lugar de los homosexuales en su seno o las uniones civiles.
El tema es especialmente espinoso en los países en desarrollo, opuestos a cualquier cambio y enfrentados a una línea más moderna, que aspira a conseguir una cierta apertura. El asunto suscitó un fuerte debate durante el sínodo sobre la familia de octubre pasado y deberá ser central durante el segundo sínodo, que tiene que elaborar recomendaciones para el papa.
La semana pasada, Francisco pidió que no se trate como excomulgados a los divorciados que se vuelven a casar. "Los divorciados que se vuelven a casar forman parte siempre de la Iglesia", afirmó el papa, que recordó que esas personas "no están excomulgadas, como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia", insistió.

Para la Iglesia, no se puede disolver un matrimonio religioso, y el derecho canónico, que considera a las personas que se casan por segunda vez como infieles a su primer cónyuge, las excluye de los sacramentos, incluida la comunión. La excomunión es, sin embargo, una sanción más dura, ya que también implica la exclusión de la comunidad.

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