El presidente argentino tiene una maestra
budista que en sesiones de dos horas, lee, conversa y libera sus chakras con
cuencos y gongs.
La única “hechicera” a quien él
escucha es a su esposa Juliana Awada. Ella es la única “bruja” de Mauricio Macri,
entendiendo por tal, no a una persona que lo trastorna con malas artes sino que
produce encantamientos cotidianos. No hubo en el círculo rojo o amarillo o como
sea el color que elija el PRO para el período pos las PASO, ni bruja
ecuatoriana encomendada
por Jaime Duran Barba ni personaje vernáculo o
extranjero asociado a cuestiones esotéricas que le haya hecho un trabajo de
limpieza después del ballottage que, si bien por un porcentaje muy inferior al
publicitado, consagró a su delfín para sucederlo en la Ciudad.
Lo que sí tiene Macri es una guía espiritual, una maestra como la llamó Joaquín Molla, su
amigo personal y uno de los publicistas del gobierno porteño, cuando comenzó a
hablarle de realizar alguna
actividad para en, principio, desestresarse y finalmente mejorar su calidad de
vida.
Fue el propio Macri quien develó que
tenía una “armonizadora budista” en medio de una entrevista con Magdalena Ruiz Guiñazú.
“La grieta me tocó a mí como uno de los
principales victimarios de esa agresión”, explicó. “Entonces un colaborador me
propuso por qué no incorporaba una armonizadora budista que me iba a hacer
bien. Y la verdad que me hizo mucho bien, mucho. Me ayudó a
conocerme a mí mismo mucho más, me ayudó a liberar energías.
La armonizacion me hizo mucho bien. (...) Una
armonizadora budista es una líder budista que te ayuda a reflexionar y después
te genera a través de los cuencos tibetanos y de los gongs una capacidad de
adentrarte en vos mismo y de conectarte con áreas tuyas de tu cerebro que tal
vez no utilizas”.
Mauricio
Macri reconoció que visito una bruja para conocerse a si mismo: Con esta declaración, por unas horas, mezclaron dos
informaciones que parecían complementarias cuando en realidad una era falsa. La
“bruja ecuatoriana” Shirley Barahona tuvo sus quince minutos de fama en
Argentina que usó para desmentir cualquier conexión con Macri.
En cambio, el nombre de la maestra
budista es por ahora un secreto. Sólo se sabe que es argentina y que vive en
Buenos Aires. Igualmente, al cierre de esta edición gente del círculo íntimo de
Macri comunicó a PERFIL que, a pesar del pedido de este medio, la maestra
budista le pidió a ellos que prefería
que su nombre se mantuviera en reserva.
Cuencos y chakras. La India es una de las mecas de los occidentales que buscan
acercarse o profundizar de distintas maneras la espiritualidad. Importadas a
este continente hay también variantes que exceden o se complementan con la ya
conocida práctica del yoga.
Lo que el Presidente Macri inició hace
algo más de dos años es el “dharma” que, resumiendo sería la filosofía en la
que se basa el
camino del autoconocimiento. Tedioso y en extremo acotado sería
explayarse qué comprende este tránsito ya que incluso expertos en esto, lo
explican de maneras diferentes.
La aplicación in situ de esto en el caso de Mauricio
Macri comprende no sólo el uso de los cuencos tibetanos y los gongs, sino
también conversaciones privadas con su maestra espiritual y sesiones de
lectura.
Quizá sea la “terapia” de los cuencos tibetanos y
gongs que mencionó Macri a Magdalena una práctica más conocida. Para la misma
se utilizan cuencos de tamaños y materiales diferentes –algunos incluso se
aplican sobre el cuerpo– para producir a su vez sonidos diferentes. Esos
sonidos producen ondas que a quienes practican esto lo ayudan a liberar los
chakras o chacras, es decir, los centros de energía en continuo movimiento
alojados en distintas partes de nuestro cuerpo. Según lo que detallan textos
especializados, el cuerpo humano tiene siete chakras principales que
revitalizar nuestro cuerpo físico y ayudan a desarrollar el espíritu.
Estos se encuentran en partes específicas y cumplen un propósito
determinado.
Además de esto, Macri también compartiría lecturas y
en especial, charlas para potenciar ese camino de autoconocimiento. Toda esta
práctica no es diaria, ni siempre a un horario fijo pero los encuentros sí
pueden extenderse por hasta dos horas. Y al menos por ahora, su esposa Juliana
Awada no se sumó al círculo que lidera la famosa maestra espiritual.
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