El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños.
Se
caracteriza por ataques recurrentes de dificultad respiratoria y sibilancias (pitos), de
frecuencia y gravedad variables. En ocasiones, el asma no se diagnostica ni es
tratada adecuadamente, limitando la calidad de vida del paciente.
Con el objetivo de concienciar a la población de la carga que supone
esta enfermedad para quien la sufre y de que es posible su control y llevar una
vida normal, sin limitaciones, el primer martes de mayo se celebra el Día
Mundial del Asma, un acontecimiento promovido por la Global Initiative
for Asthma (GINA). Desde 2008, el lema es Puedes controlar tu asma y pretende estimular a los pacientes a
tomar parte activa en el control de su enfermedad.
Los
factores que pueden desencadenar o empeorar el asma son:
- Medicamentos como la
aspirina y sus derivados antiinflamatorios.
- Sustancias irritantes como el humo del tabaco, la polución ambiental, productos de limpieza, lacas…
Se puede curar el asma?
El asma es una enfermedad crónica que no tiene
curación, pero sí tratamientos que permiten al paciente recuperar su calidad de
vida.
El objetivo del tratamiento es conseguir el control
de la enfermedad evitando los síntomas y las crisis en el menor tiempo posible,
con los menores efectos secundarios y con la menor dosis de medicación.
Existen dos grandes grupos de medicamentos para el
asma:
- Antiinflamatorios: Son los más importantes, su función es eliminar o reducir la inflamación de los bronquios. Los más utilizados son los corticoides.
- Broncodilatadores: Actúan dilatando y abriendo el bronquio. Los
de acción corta se usan como medicación de alivio y los de acción
prolongada se utilizan de forma pautada junto con los corticoides.
“Visitar los papas al
medico cuando se sospecha que una niña o niño tiene problemas para respirar, así
harán que el tratamiento comiese en edad temprana dándole a los niños, luego
adultos una vida normal”
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