jueves, 12 de mayo de 2016

VIDAS EJEMPLARES: Un día como hoy, y con 101 años cumplidos nos dejaba la Dra. Alicia Moro de Justo, lucho por la Paz, los Derechos Humanos, el voto femenino y los desprotegidos en todos los sentidos.


Este 12 de mayo se cumplen 30 años de la muerte de la doctora Alicia Moreau de Justo, una de las más fervientes defensoras de los derechos de la mujer, que presidió la Conferencia por la Paz de América y fundó la Unión Feminista Nacional. También estuvo al frente de la Confederación Socialista Argentina, de la Fundación Juan B. Justo y de la Asociación Pro-Sufragio Femenino.
"La mujer en democracia" y "El socialismo según Juan B. Justo" son algunos de los títulos que integran su trayectoria como escritora, que se extendió, además, con la dirección de revistas femeninas.

Una biblioteca repleta de literatura socialista y un padre fuertemente identificado con la causa del partido, precipitaron el ingreso de Alicia Moreau de Justo en la militancia política. Lejos ya del legado paterno, desafió a las tradiciones morales de la época con su escepticismo frente al matrimonio y el cultivo de un amorío en calidad de amante con uno de los principales referentes de este movimiento político. Sin caer en fanatismos, Moreau de Justo supo cargar con las banderas del feminismo proponiendo una nueva interpretación de sus bases. "La mujer se libera junto al hombre y no contra él", así explicó su adhesión al movimiento quien propulsó la integración de la mujer en la votación política.
"Siempre creí que este país merecía ser distinto. Que un día íbamos a unirnos todos y el destino cambiaría" . Esta frase, seleccionada por el sitio del Ministerio de Educación, sintetiza el espíritu de quien fuera distinguida en 1985 como mujer del año.

Hija de exiliados franceses, Alicia Moreau de Justo nació el 11 de octubre de 1885 en Londres, pero vivió desde pequeña en la Argentina, donde obtuvo el Diploma de Honor en medicina y se especializó en ginecología. Alicia orientó su profesión hacia esta rama de la medicina para atender las necesidades de prostitutas y mujeres de escasos recursos que padecían afecciones venéreas. Un gran porcentaje de ellas morían a causa de la desatención que provocaba la prohibición por la cual los hombres (que eran mayoría en la población médica) no podían atender a pacientes del sexo opuesto.

Vida ejemplar si las hay, digna de ser imitada, su vida estuvo signada por los grandes acontecimientos humanos, los derechos humanos, la paz, la docencia y salvar la vida de los más reprotegidos.

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