Se cumplieron 50 años de la Noche de los bastones
largos. Aquella jornada constituye una mancha ignominiosa en la historia de
nuestro país. La autoproclamada “Revolución Argentina”, dirigida por el
dictador J.C. Onganía en usurpación del poder constitucional, promulgaba el
decreto ley 16.912 a
través de cual se intervienen las universidades y se prohíbe su autonomía. Esa
noche, la policía ingresa a los claustros de la Universidad de Buenos
Aires a reprimir con palos y gases a investigadores, docentes y estudiantes que
resistían el atropello.
No sólo por la barbarie de ese acto de violencia la Noche de los bastones largos
marcaría un hito en la tradición universitaria argentina, aquella conformada al
calor de las conquistas de las luchas estudiantes de Córdoba que dieron lugar a
la Reforma
Universitaria del ´18. El exilio y la emigración de cientos
de investigadores, profesores y estudiantes como consecuencia de la
intervención traería severas secuelas para el desarrollo de las ciencias, el
conocimiento y la cultura en nuestro país.
Conmemorar significa mantener en la memoria,
recordar; y en ese ejercicio debemos encontrar el sentido en este nuevo
aniversario: el de reflexionar sobre los desafíos que hoy tiene por delante la institución
universitaria, reafirmando el compromiso con el principio de la autonomía
universitaria y aquel legado de la
Reforma del ´18.
Sólo así podremos seguir construyendo, día a día, con
el aporte de todos, una universidad pública, de calidad e inclusiva. Esa es
nuestra responsabilidad como hombres y mujeres que hacemos esta Universidad
Nacional del Oeste.
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