domingo, 13 de noviembre de 2016

10 y 11 de Diciembre se presenta en Mariano Acosta Merlo, la “XVII FIESTA NACIONAL del FUTBOL” junto a este evento de gran envergadura se suma un gran movida cultural.

El evento se desarrollara en el Polideportivo del Club Mariano Acosta, se darán cita además de personalidades de la cultura y el deporte, la música, entidades escolares, artesanos, autos antiguos, la llegada de una maquina de tren a carbón, comidas típicas, etc. -Un evento imperdible-


Una visión del Futbol y la Cultura: Son muchos los que consideran al fútbol como una forma de cultura. Se trata de una opinión discutible. Los Juegos Olímpicos definieron en la Grecia de Fidias y Praxíteles, de Eurípides y Platón, una manera de interpretar la vida. Pero solo tangencialmente o por extensión se pueden entender los espectáculos deportivos como manifestaciones culturales. 

La literatura, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música, la danza, la filosofía, la ciencia, el cine y las artesanías se encuentran en la médula de las manifestaciones culturales. El deporte, no. Es otra cosa, aunque tangencialmente roce el mundo de la cultura. 


En la mayor parte de los países, el fútbol ha adquirido una dimensión de tal envergadura que exige un tratamiento aparte. Es innegable la parálisis que se produce cuando se celebran determinados partidos tanto a escala nacional como internacional. Arnold J. Toynbee afirmaba que el historiador no puede quedarse ajeno al incendio popular por el deporte rey. 


Hay una épica futbolística que desentumece las reivindicaciones históricas. El Brasil vencedor o la Argentina triunfadora sobre los equipos nacionales europeos descarga el sentimiento de desquite contra el colonialismo de muchos siglos. Pelé y Maradona sepultaron a Pizarro y a Cortés. Si Portugal derrota a España, la sombra de Aljubarrota planeará sobre las crónicas periodísticas. En la España vencedora de Inglatera, en los mundiales de Brasil en 1950, se habló de “la pérfida Albion”. 

Y si nuestra nación hubiera caído hace unos días en el partido contra Francia se habría recordado la batalla de Rocroi. Los negros que vertebran los grandes equipos europeos significan en algunos aspectos el despropósito de la política antirracista y de la opresión atroz que el blanco ejerció en África. La esclava negra se despereza, signo de selva el suyo, con sus collares rojos, sus brazaletes de oro curvo y ese caimán oscuro nadando en el Zambeze de sus ojos. Los orgullosos equipos europeos se han teñido de negros para mantener su capacidad deportiva. 

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