EL
SABER NOS HARA LIBRES: A pocos días de las celebraciones de fin de año, un
proyecto de ley en la
Legislatura porteña y una convocatoria en la plataforma
Change.org buscan que se
prohíba en la Ciudad
el uso de los artificios pirotécnicos que generen ruido para evitar el impacto
nocivo sobre los recién nacidos y las personas con autismo, mascotas y aves que
mueren por estas explosiones, que también contamina notablemente al medioambiente.
¿Por qué no a la pirotecnia?: Sin una jerarquía de relevancia, el primer motivo
lo encontramos en los animales. Empecemos por aquellos que
más cerca tenemos, aquellos a quienes solemos denominar como mascotas: perros
y gatos. Un perro posee una capacidad auditiva de 60.000
ciclos por segundo, la del ser humano es de apenas 20.000.
Es decir, la caída de cualquier objeto es percibida
de forma mucho más fuerte por este animal, imagínense el efecto que podría
generar un fuego artificial. Si ya hasta para un humano, el estruendo resulta
fuerte, ¿cómo lo puede llegar a afectar a un perro?
La reacción ante la
pirotecnia se puede describir en dos estados: miedo (con taquicardia,
temblores, falta de aire, náuseas) y/o nerviosismo (con pérdida de control,
aturdimiento, aceleración cardíaca y de movimientos). En ambos casos, la
situación puede ser tan extrema que puede generar la muerte. Situación similar
se encuentra en los gatos, igualmente sensibles al ruido de la pirotecnia.
Pero los perros y gatos no son los únicos afectados
por la “fallida” celebración humana. También se encuentran las aves.
La pirotecnia impacta sobre el hábitat tradicional de pájaros de todo tipo
alrededor del mundo.
Los fuegos artificiales generan una alteración en las
facultades mentales que puede llegar hasta provocar que se choquen con
edificios, autos o entre ellos. El estado de nerviosismo ante lo desconocido y
ruidoso es tal que el ave no sabe qué hacer, hacia dónde, cómo aliviar el
daño.
El segundo motivo se encuentra en el propio ser
humano, porque siempre que es responsable de un problema
también se convierte víctima de la propia dificultad que genera. Hay personas
con ciertas enfermedades o condiciones, como el autismo, que sufren de la
pirotecnia con síntomas similares a las descritas anteriormente. Pero también,
el uso irresponsable, la falta de experiencia, el terminar manipulando fuego,
ocasiona centenas de heridos en cada Navidad y Año Nuevo en cada país; incluso
teniendo a la víctima y victimario dentro de un propio hogar.
Perros que mueren de un infarto por las explosiones. |
¿Y qué le pasa al
ambiente? Aquí
nuestro tercer motivo. Dicen que todo lo que sube, tiende a bajar. Por lo que,
todos esos “bellos” (para algunos) fuegos artificiales que suben, en algún
momento bajan y lo hacen afectando al ambiente. Cada fuego artificial significa
la generación de residuos, no sólo por el packaging donde vienen, sino también
por el residuo final que cae luego de ser lanzado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario