La fecha fue instituida por la Sociedad Argentina
de Escritores (SADE), institución fundada por el escritor. Su vida estuvo
signada por la tragedia. Su adhesión al golpe militar de José Félix Uriburu lo
torna una figura controvertida.
Cada
13 de junio se conmemora el Día del Escritor. La fecha no es casual y encuentra
su explicación en que un 13 de junio, pero de 1874, nació Leopoldo Lugones en
Villa María del Río Seco, en el corazón de la provincia mediterránea de
Córdoba. Entre muchas de las acciones y obras que emprendió, Lugones fundó la Sociedad Argentina
de Escritores (SADE) que, luego del suicidio del poeta, estableció el día de su
natalicio como el Día del Escritor.
Fue
el último intelectual total o, mejor dicho, el último en intentar ser ideólogo
y protagonista, a la vez, de un proyecto político. Esa saga se inicia con
Mariano Moreno y culmina con él. Se sintió el heredero de Domingo Faustino
Sarmiento y buscó asemejarse hasta en sus propias y específicas frustraciones.
En el ensayo Lugones, entre la aventura y la cruzada, la socióloga María Pía
López comenta: “En su Historia de Sarmiento es clara la elección de un modelo y
un precursor. Defiende la causa defendiendo al modelo del intelectual heroico.
Construye un linaje, del cual es la continuación. Quiso ser Sarmiento: escritor
y presidente. Y quedó atrapado en la tensión de ver sin ser visto.”
Lugones pasó sus primeros años en el campo. Sus
vivencias y correrías infantiles allí dejarían una marca permanente en su vida
adulta. A los 12 años es enviado al tradicional colegio Nacional de Monserrat
de la capital cordobesa. Por ese entonces, traza sus primeros versos y crece su
afición por la lectura. A los 16 años, inicia su carrera periodística en el
periódico La Libertad.
Por ese entonces, simpatizaba con las ideas anarquistas y, al
poco tiempo, publica sus primeras composiciones con el pseudónimo de Gil Paz.
A
los 20, se traslada a la
Buenos Aires e ingresa en la redacción de El Tiempo. Allí
traba amistad con Rubén Darío, el poeta nicaragüense y máximo representante del modernismo latinoamericano. Lugones
pasaría a la historia como el gran poeta modernista del Río de la Plata. En 1909, le
dedicaría a Darío su Lunario Sentimental.
Afiliado al Partido Socialista, junto con José
Ingenieros, fue la pluma irreverente en el periódico partidario, La Montaña. En 1987,
cuando publicó su primer libro de versos. En ese mismo año, nace su único hijo,
Leopoldo, futuro creador de la picana eléctrica y jefe de la policía durante la
década infame.
Su nieta, Pirí Lugones, fue integrante de Montoneros, y es una
de los 30 mil desaparecidos por la última dictadura genocida.
Pirí solía presentarse como “nieta del poeta, hija
del torturador”. En la saga de los Lugones, se reflejan el drama, los
desencuentros y la violencia que atravesaron a la propia clase dominante
argentina desde 1930. Desencantado con la política argentina, insatisfecho por
su tarea en una biografía de Roca en la que no podía avanzar y sacudido por una
infidelidad, Leopoldo Lugones decide terminar con su vida en una isla del
Delta, en 1938. -Muero por una sociedad que no supo comprenderme-
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