miércoles, 27 de septiembre de 2017

¿Existe la MORAL en la POLÍTICA Argentina? Hagamos nuestro propio juicio.


¿Qué es la MORAL? Es la aplicación práctica de una idea ética, es decir de la definición de lo correcto y lo incorrecto. Esto no siempre es consciente ni resulta de un análisis filosófico, porque el sentido moral y la idea de corrección vienen implícitas en el pensamiento humano, aunque sea aplicado muy pocas o insuficientes veces. Por eso se puede acusar a alguien de inmoral o de amoral, pero no es posible —en realidad— señalarlo de antiético, pues una idea ética puede ser contradictoria con otra, y cada acción humana la tiene. Ello explica por qué se puede hablar de crímenes de guerra, una situación mala en sí misma, pero no por ello ajena a las reglas.

¿Qué es la POLÍTICA? En su definición es la búsqueda del bien común, y por ello Platón la calificaba como la acción humana más elevada, NO puede carecer de reglas y de moral, aunque estas evidentemente pueden ser distintas según las culturas e incluso las etapas históricas. En la relación entre política y moral, el orden resulta ser importantísimo: si la moral es lo más importante, debe ser el factor primordial y por ello la política necesita supeditarse, hasta cierto punto. Si la política ocupa ese lugar, la moral no queda en plano inferior, pero sí debe ceder a la obtención de los fines políticos. No estoy hablando de la política partidista, sino de la —podemos decir— filosófica, a la vez una buena base para una política diseñada para funcionar en la “vida real”.

ES COMPLICADO DECIDIR sobre la preferencia entre política y moral. Pero en las actuales circunstancias de Argentina, lo urgente debe tener preferencia sobre lo importante. Urge la creación de una política moral, es decir, de tomar decisiones sobre un basamento ético aplicado en acciones morales. Si la sociedad en su conjunto no comprende esto, se imposibilita el avance nacional, aunque se haga cualquier esfuerzo.
La aplicación de la ley, debido a las acciones ultrajantes contra el pueblo es un buen primer paso, al despertar esperanzas y tácitamente explicar por qué tantas décadas de saqueo y de inmoralidad políticas llevaron al país al lugar donde se encuentra, sumido en el estupor y la vergüenza al comprobar los efectos del vergonzoso silencio cómplice de la colonia política argentina en su conjunto.

-Cero en MORAL, cero en POLÍTICA-

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