jueves, 26 de octubre de 2017

DEBEMOS DESAPARECER de ESTE RANKING: Argentina está entre los diez países que más destruyen su riqueza forestal.


En el último cuarto de siglo, la Argentina ha venido talando unas 300.000 hectáreas de bosques nativos cada año, y a ese ritmo le tomarían los próximos cien años para no dejar un solo árbol en pie en su territorio. 

Esta fotografía, fría y clara, surgió de la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2016, un informe presentado por las Naciones Unidas que ubicó a la Argentina como uno de los 10 países que más deforestan en todo el mundo.

El top ten de “países que han comunicado las mayores reducciones anuales en el área de bosque” ocupa solo una parte pequeña del trabajo de la FAO (el brazo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación). Pero resulta muy significativa al identificar a los peores alumnos dentro de una comunidad internacional de 234 naciones. 

El listado está encabezado por Brasil (que deforestó en el último quinquenio un promedio de 984 mil hectáreas anuales) y se completa con países de África y América del Sur, las dos únicas regiones que a nivel global muestran un deterioro de sus recursos forestales.

En el ránking de “buenos alumnos”, aparece China, que incrementa sus bosques a razón de 1,5 millones de hectáreas por año, la misma superficie boscosa resignada por la Argentina entre 2010 y 2015. Cualquiera hubiese podido imaginar todo lo contrario. Aquí en Durban, un sereno puerto mercante a orillas del Océano Indico, donde esta semana se realiza el Congreso Forestal Mundial, el mundo parece estar patas para arriba.

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