El 22 de noviembre de 1949, el
entonces presidente de la
Nación Juan Domingo Perón firmó el Decreto de Supresión de
Aranceles Universitarios. A pesar de su importancia radical en la conformación
de un verdadero sistema universitario amplio y democrático en consonancia con
las bases liminares de la
Reforma de 1918, este decreto pasó inadvertido para la
historiografía tradicional.
Nos referimos al decreto 29.337 firmado por el
presidente el 22 de noviembre de 1949, a través del cual se suspendió el cobro
de aranceles en las universidades nacionales. Pasaban a ser gratuitas.
En
la justificación del texto se decía que “el engrandecimiento y auténtico
progreso de un pueblo estriba en gran parte en el grado de cultura que alcance
cada uno de los miembros que lo componen”. Agregaba “que una forma racional de
propender al alcance de los fines expresados es el establecimiento de la
enseñanza universitaria gratuita para todos los jóvenes que anhelen instruirse
para el bien del país”.
Se trató de una medida que impulsaba la inclusión
de sectores antes marginados del capital cultural más elevado de nuestro país.
Permitió, además, considerar a la educación universitaria no como un
privilegio, sino como un derecho social. Lograba el peronismo de este modo una
medida que ni siquiera habían soñado los reformadores del 18.
No podía ser de
otra manera, el decreto suscitó numerosas críticas principalmente de aquellos
sectores que habían gobernado la universidad durante los años anteriores y
desde las organizaciones estudiantiles FUA y FUBA.
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