domingo, 11 de febrero de 2018

Lectura de VACACIONES: ¿QUE es el FEMINISMO RADICAL?


El feminismo radical fue consecuencia de todo un movimiento intelectual, social y político que revoluciona los últimos años 60 y toda la década de los 70 en Estados Unidos. Cansadas de negociar con los hombres para lograr pequeñas cuotas de igualdad, de medir la lucha feminista teniendo el estatus masculino como referencia, las feministas radicales deciden que sean las mujeres las artífices de su propio cambio.

Su discurso sobre el género, la libertad sexual y el patriarcado se convierte en la base teórica del Movimiento de Liberación de la Mujer en EEUU, Francia, Alemania, Gran Bretaña...y un largo etcétera.

El feminismo radical es una corriente estadounidense que se desarrolla entre 1967 y 1976 con enorme influencia en todos los movimientos posteriores. Su lema es "Lo personal es político" y sus principales obras de referencia son 'La política sexual' de Kate Millet y 'La dialéctica del sexo' de Shulamith Firestone.  Las radicales tomaron distancia de los movimientos de izquierdas de los años sesenta, que vinculaban el feminismo al socialismo y la democracia, para extender la lucha contra el patriarcado de lo económico y público a lo social y privado. 

Sus argumentos defienden que la opresión de la mujer comienza en su propio hogar ejercida por los padres-maridos-parejas a través de las relaciones sexuales, la capacidad reproductiva, el control del cuerpo o el trabajo doméstico gratuito.
Sostienen igualmente que el fin del capitalismo y la igualdad en la educación, las empresas o instituciones no son suficientes para acabar con la dominación masculina, ya que las relaciones de poder se desequilibran desde el matrimonio y la familia. 

Si las feministas negras hablaban de "razas" y las socialistas de "clases" el feminismo radical define la "casta sexual" para explicar la estructura base del poder.
Aunque para muchas autoras se engloba dentro de la segunda ola, otras, como Alicia H. Puleo, consideran que el feminismo radical marca el inicio de la tercera ola feminista o feminismo contemporáneo. 

La raíz del problema


Como señala Celia Amorós en el libro 'Teoría Feminista' (Editorial Minerva), se denomina feminismo radical en el sentido marxista del término. "Radical" proviene del latín y significa "perteneciente o relativo a la raíz", "fundamental" (RAE) y el objetivo de esta corriente es "ir a la raíz misma de la opresión". 

En efecto, las feministas radicales contribuyeron a visibilizar muchos problemas de las mujeres que a finales de los años 60 se consideraban privados, personales o naturales. Y definieron muchos de los asuntos centrales del debate feminista de hoy en día como exigir seguridad para las mujeres en los espacios públicos, acabar con la llamada dictadura de la belleza y, sobre todo, como apunta Núria Varela en su libro 'Feminismo para principiantes', poner sobre la mesa "problemas tan enraizados y silenciados en la sociedad que aún hoy no se han solucionado, como la violencia de género".
Así, en espacios femeninos o en grandes protestas masivas, se defendía el derecho al aborto o la información sobre el uso de anticonceptivos, se criticaba la prostitución, la pornografía o cualquier forma de explotación sexual de las mujeres, se cuestionaban teorías intocables hasta la fecha, como las de Sigmud Freud o el sindicalismo, o se apoyaba a las mujeres para descubrir el placer sexual o aprender defensa personal.
Fue un movimiento clave para la autoestima femenina, el empoderamiento de las mujeres y la diversidad sexual. Se abrieron guarderías, se abordó de manera nueva la ginecología y nacieron grupos de concienciación feminista, que siguen funcionando para catalizar el papel de la mujer en la sociedad, no sólo occidental sino en toda Latinoamérica o los Países Árabes.

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