Que el actual sistema de producción y consumo basado en la explotación de combustibles fósiles está en crisis no es noticia. Que su necesaria transición hacia un formato basado en fuentes renovables no es novedad sino un horizonte hacia el cual ya comenzaron a encaminarse gobiernos, empresas, ciudadanos. La curva ascendente en instalaciones, costos y beneficios ubica hoy a las energías renovables -especialmente la solar y eólica- como una alternativa positiva desde los tres ejes de la sustentabilidad: es una alternativa amigable con el ambiente, genera nuevas oportunidades de empleo para la sociedad y es rentable desde el punto de vista económico.
Pero lo que también se sabe es que es necesaria una mayor ambición. Los inminentes y cada vez más intensos efectos del cambio climático obligan, urgen, a que el proceso de transición en el sistema energético sea más rápido. Ante ello, la meta de poder contar con un mundo 100% a base de energías renovables para 2050 resuena en muchos países como ese horizonte con objetivo propio. ¿Es un camino viable de alcanzar? ¿Se puede realmente lograr?
Las respuestas no las damos nosotros sino un nuevo informe de REN21, la Red de Políticas de Energías Renovables para el siglo 21. Bajo el título “Informe de Futuros Globales de Renovables: grandes debates hacia el 100% de energías renovables” (Renewables Global Futures Report: Great debates towards 100% renewable energy), el trabajo reúne la mirada de 114 expertos desde distintas partes del mundo sobre la vía para alcanzar un planeta a base de energías amigables con el ambiente para el año 2050. “Creo que el principal resultado del informe es que más del 70% de los consultados cree que un futuro 100% de energías renovables es posible. Están ocurriendo un montón de avances en materia de este tipo de tecnología. Sólo el 2016 ya marcó nuevos récord en sus desarrollos, instalaciones y costos favorables”, asegura Christine Lins, secretaria ejecutiva de REN21.
El reporte vislumbra las oportunidades que se presentan para un futuro más eficiente, un futuro que para quienes saben y viven a diario el tema “estará dominado por las energías renovables”. En este sentido, y tal como anticipaba Lins, más del 70% de los expertos entrevistados considera que la transición global hacia un objetivo pleno de energías renovables no sólo es realista sino también factible de alcanzar. Para ello, se advierte el importante rol que ya están cumpliendo las empresas del sector privado no sólo a la hora de incorporar metas internas de uso de energías renovables, sino también para la puesta en marcha de inversiones para su desarrollo en comunidades, organizaciones o proyectos de gobierno.
Al respecto, Lins contextualiza el mundo en el que se ha fijado este objetivo: “Lograr la implementación del Acuerdo de París para hacer frente al cambio climático implica la descarbonización del sistema energético actual. Las renovables están haciendo su propio camino y han demostrado un fuerte y sólido crecimiento en los últimos años”. Un segundo elemento sobresale de las conclusiones del informe: las energías renovables son más rentables. Alrededor del 70% de los expertos consultados, espera que el costo de este tipo de energías continúe en descenso, superando al de todos los combustibles fósiles en apenas 10 años.
Pero cuando hablamos de un futuro 100% de energías renovables no es sólo por el cuidado del ambiente o la rentabilidad económica, sino también por el impacto positivo a nivel social. El 90% de los expertos consultados en el informe está de acuerdo en que este tipo de tecnologías contribuyen a reducir las barreras para que las comunidades tengan acceso a servicios energéticos. De hecho, hoy ya son más de 100 millones las personas que pueden satisfacer sus necesidades diarias gracias a sistemas distribuidos de energías renovables.
No todo es color de rosas, claro. Aún hay muchos desafíos por superar para alcanzar la meta del 100%. Un ejemplo de ello lo representa el hecho de que muchos de los expertos de África, Estados Unidos y Japón se mostraron escépticos respecto de la posibilidad de alcanzar el 100% de suministro de energías renovables en sus países para 2050, debido a los poderosos intereses ya creados por la industria convencional en sus territorios. Es decir: habrá que seguir luchando en el proceso de transición contra un mercado que quiere permanecer y subsistir de alguna forma (y a cualquier costo -económico y ambiental-).
Otro de los desafíos es que los gobiernos nacionales y locales, las empresas y la ciudadanía deberá pensar la transición no como un proceso lineal sino en el conjunto de su impacto. ¿Qué quiere decir? Que no basta por ejemplo con sólo cambiar los motores de los vehículos a versiones eléctricas, sino que se requiere de toda una transformación del sistema de movilidad que priorice el uso del transporte público por sobre el privado: más trenes y buses eléctricos, menos autos. Al respecto, para Lins el sector del transporte es uno de los que más desafíos representa en virtud de su importancia para la vida cotidiana de las personas, pero también por el largo camino que implicará una eliminación total de su dependencia por los combustibles fósiles: “No será un objetivo fácil de alcanzar, pero sí posible”.
En países como la Argentina, la ausencia de un clima estable para las inversiones, dificulta la llegada de los capitales necesarios para el desarrollo de este tipo de energías. Este es otro de los desafíos que se desprenden del reporte y que se vivencia en la mayoría de los países de la región latinoamericana. Al respecto, Lins es contundente: “Sólo comprendiendo por completo los desafíos y participando en un debate informado sobre cómo superarlos, los gobiernos podrán adoptar las políticas correctas y recibir los incentivos financieros necesarios para acelerar el ritmo del despliegue. Los gobiernos considerar la transición hacia las renovables en sus políticas públicas y garantizar la confianza para las inversiones”. La representante de REN21 destacada el enorme potencial que América Latina tiene en materia de renovables no sólo en beneficio del ambiente, sino también como “la mejor opción económica”.
Para la graduada en Economías Internacionales, un fuerte poder lo representan las ciudades, cuyos alcaldes ya han manifestado voluntariamente planes que buscan alcanzar un sistema energético 100% renovable para los próximos años. ¿Por qué? “Porque están más cerca de sus ciudadanos y son ellos, las personas, quienes realmente quieren un futuro a base de recursos renovables”, asegura y agrega: “Pero también porque son las ciudades las más afectadas por el cambio climático y las que más sufren hoy de la contaminación. Miremos sólo el caso de Beijing (China) donde es casi imposible respirar”.
Los 114 expertos de distintos rubros vinculados a la energía, fueron seleccionados también su lugar de procedencia para garantizar la representatividad de todas las regiones. Las consultas se realizaron durante el 2016 y el reporte fue presentado en abril pasado en el marco del Foro “Energía sustentable para todos” en Nueva York, Estados Unidos. Allí, donde el nuevo presidente Donald Trump, comenzó a dar marcha atrás con muchas de las políticas en favor de las energías renovables implementadas por su antecesor, Barack Obama. Al respecto, Lins no duda en afirmar: “Como hombre de negocios, Trump pronto se dará cuenta que esto es favorable desde el punto de vista económico y así se lo están demostrando las compañías estadounidenses que están invirtiendo en alcanzar un futuro 100% renovable”.
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