Mantente activo:
Los especialistas aseguran que es uno de los pasos cruciales para una pronta recuperación. "Es probable que descansar durante períodos prolongados empeore el dolor", afirma el NHS. Se sugiere realizar ejercicios y estiramientos. El mero hecho de caminar, además de nadar, practicar yoga o pilates también pueden resultar útiles.
Pero es necesario tener en cuenta que quien tiene problemas de espalda debe buscar autorización médica a la hora de ejercitarse. Pilates es una de las mejores vías para ejercitarse sin poner en riesgo los músculos de la espalda.
El yoga puede ayudarte a estirar y fortalecer músculos y mejorar la postura, aunque también es posible que debas modificar algunas posturas si ves que se agravan los síntomas. Una de las premisas para hacer natación en casos de dolor es que la espalda no sufre por la posición del ejercicio ni por el impacto, como cuando se corre.
- Qué son el dolor bueno y el dolor malo al hacer ejercicio y cómo los puedes identificar: En el caso de la bicicleta, se recomienda ir al gimnasio y buscar una que tenga respaldo donde la espalda pueda estar en su posición natural mientras se pedalea.
Consulta a un especialista:
"La fisioterapia es la piedra angular del tratamiento del dolor de espalda", asegura la Clínica Mayo, uno de los centros de salud más respetados de Estados Unidos. Se pueden utilizar una variedad de tratamientos con calor, el ultrasonido, la estimulación eléctrica y las técnicas de liberación muscular.
Siempre es recomendable que tu médico sea el que apruebe estos tratamientos adicionales una vez que el dolor no cede tras algunas semanas y que seas consciente de los beneficios y riesgos.
Terapias manuales llevadas a cabo por fisioterapeutas, quiroprácticos u osteópatas pueden resultar útiles, apunta el NHS.
La acupuntura y los masajes también pueden servir para aliviar dolores. "El dolor crónico no se cura, no nos engañemos"
Tratamientos paralelos:
Pequeñas cosas que puedes hacer fácilmente en tu hogar pueden ayudarte, junto a los otros consejos, a hacer más llevadero el dolor hasta que con el paso del tiempo termine por desaparecer. Entre ellas, los especialistas sugieren dormir de costado con una almohada entre las piernas porque puede ayudarte a que reduzcas la presión sobre la espalda.
Y si duermes boca arriba coloca dos, o hasta tres almohadas, debajo de las rodillas. Aplicar calor o frío sobre la zona afectada también sirve para aliviar el dolor.
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