Premio de hasta 100 euros por ir a trabajar en bici, mas una ayuda para comprarla.

Esta iniciativa, puesta en marcha en la ciudad italiana de Bari, premia a las personas que van a trabajar en bicicleta: hasta 20 céntimos por kilómetro. El objetivo del proyecto es duplicar el número de bicicletas en la ciudad con ayudas para su compra.

La ciudad de Bari está dispuesta a recompensar a los ciudadanos que decidan viajar de forma sostenible, con un reembolso de 20 céntimos por kilómetro recorrido en bicicleta tradicional hacia o desde el trabajo a casa (en el caso de las bicicletas eléctricas, sería la mitad) y de 4 céntimos para los demás itinerarios urbanos, hasta un máximo de 25 euros al mes.

Un proyecto que intenta enganchar a los que no tienen bicicleta: el presupuesto de 545 mil euros cubrirá principalmente los incentivos para la compra de bicicletas: hasta 150 euros para los que compran una bicicleta tradicional, hasta 250 euros para los que eligen bicicletas eléctricas y hasta 100 euros para los que compran una bicicleta usada reacondicionada.

Durante los últimos meses, hasta mil personas han solicitado un kit GPS antifraude especial que registrará los kilómetros recorridos y sus devoluciones hasta un máximo de 1 euro diario y 25 mensuales. También hay un bono de 50 euros para los trabajadores que más usen sus bicicletas.

El proyecto Bari, denominado M.U.V.T. Movilidad y Tecnología Urbana Habitable, forma parte del Programa Experimental Nacional de Movilidad Sostenible home-school home-work que ha permitido la aprobación de 37 proyectos en toda Italia con una inversión total de 35 millones de euros, incluido su seguimiento.

No se trata de una idea nueva: el primer municipio italiano que experimentó con el reembolso por kilómetro por el uso de la bicicleta en la ruta de casa al trabajo fue el de Massarosa, en la provincia de Lucca, que, desde 2015 y con sólo una breve interrupción de tres meses, ha llevado a cabo un proyecto similar bajo la dirección de la Jefatura de Policía local y ha implicado con éxito a unos cincuenta residentes locales.

Dos hermosas realidades, en la Toscana y Bari, que espero puedan servir de inspiración a otras muchas ciudades para mejorar la movilidad diaria de sus habitantes.