Se trata de Alejandro Schinder, director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal y Presidente de la Fundación Instituto Leloir (FIL); Noemí Zaritzky, exdirectora del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), que depende del CONICET, de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires; y Esteban Jobbágy, fundador del Grupo de Estudios Ambientales en el Instituto de Matemática Aplicada San Luis, dependiente del CONICET y de la Universidad de San Luis (UNSL).
Schinder fue reconocido en la categoría Ciencia Médicas por sus aportes en la comprensión del desarrollo, integración y función de las neuronas nuevas que se generan e integran en el cerebro adulto. Desde hace casi 20 años, el biólogo graduado en la UBA y doctorado en la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) lleva adelante estudios para comprender mejor el funcionamiento del cerebro.
Zaritzky, la única mujer galardonada, es doctora en Química de la UBA y recibirá el premio en la categoría Ciencias de la Ingeniería. Hizo su carrera en la Facultad de Ingeniería de la UNLP, donde se graduó como ingeniera química en 1971, y en el CIDCA, y publicó 242 trabajos en revistas de gran prestigio. Entre sus focos de investigación, desarrolló distintas tecnologías para la producción de biopolímeros a partir de residuos de la industria pesquera y para el tratamiento de aguas contaminadas con cromo hexavalente (un agente cancerígeno) o colorantes azoicos.
También lidera proyectos centrados en la crioconservación de alimentos y sistemas biológicos; modelado matemático y simulación numérica de procesos de transferencia de energía y materia; el desarrollo y caracterización de recubrimientos comestibles y películas biodegradables a partir de recursos renovables como el almidón y otros compuestos naturales; y el diseño de alimentos con propiedades especiales.
Jobbágy, en tanto, fue distinguido en la categoría Ciencias de la Agricultura por sus estudios que amplían la comprensión de las interacciones recíprocas entre la vegetación, el suelo y la hidrología, y las aplicaciones relacionadas en los ecosistemas gestionados de las llanuras de América del Sur. “Mi trabajo apunta comprender cómo el ciclo del agua y la vegetación que ocupa el territorio están interrelacionados entre sí, cómo por ejemplo, el avance de la agricultura sobre bosques afecta la dinámica del agua en el suelo y en los sistemas subterráneos (napas)”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir. Jobbágy se recibió de ingeniero agrónomo en la UBA y se doctoró en la Universidad de Duke, en Estados Unidos.
Publicó en revistas como “Nature” y “Science”, y protagoniza junto a otros investigadores “Río Nuevo”: un documental sobre la extraña formación de un río en San Luis que dividió campos, cortó rutas y generó otros desastres, y que la ciencia indica que sería producto del reemplazo de bosques y pastizales por cultivos agrícolas en las últimas décadas.
“En un contexto en que la ciencia sufre un serio retroceso en nuestro país, la colaboración internacional es más necesaria que nunca para amortiguar las oscilaciones locales. Debemos luchar incansablemente para que la ciencia sea política de Estado en Argentina, para finalmente comenzar a transitar un camino que nos lleve hacia el desarrollo social y económico”, expresó Schinder.
En esa línea, Jobbágy indicó que el premio TWAS 2019 “es un estímulo para seguir avanzando en un contexto que no es el mejor”. Y remarcó su compromiso con la formación de nuevas generaciones de científicos “que no solo hacen avanzar la frontera del conocimiento general sino que resuelven problemas que son particularmente importantes en nuestra parte del mundo”.
“Haber recibido este Premio Internacional resulta importante ya que permite comparar la investigación que estamos realizando en Argentina en Ciencias de la Ingeniería con la de otros países en desarrollo como China o India. Nos indica que estamos en el camino correcto dentro de la ciencia y la tecnología. Por otra parte si bien es un premio individual siempre hemos trabajado en equipo con becarios, técnicos e investigadores y con ellos comparto estos logros”, señaló Zaritzky quien recibió el Premio Bernardo Houssay a la Investigación Científica Tecnológica en 2006 y la Distinción Investigador de la Nación en 2015 otorgado por el entonces Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Los premios TWAS se otorgan en nueve campos: ciencias agrícolas, biología, química, ciencias de la Tierra, astronomía y ciencias del espacio, ingeniería, matemáticas, ciencias médicas, física y ciencias sociales. Los otros ganadores del premio 2019 son de China India, Irán, Malasia, Nigeria y Sudáfrica.
Los investigadores recibirán el premio durante la 29° Asamblea General de la TWAS a realizarse en noviembre de 2019 en el Centro Internacional de Física Teórica Abdus Salam (ICTP), en Trieste, que lleva el nombre del Nobel de Física pakistaní que lo fundó en 1964. En esa ocasión, brindarán una conferencia. La organización reúne a 1000 científicos de 70 países y hasta 2004 se llamó Academia de Ciencias del Tercer Mundo.
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