Patinar es una gran opción para aquellos que quieren
hacer hincapié en mejorar la coordinación, el equilibrio y la concentración. Al
practicarse mediante movimientos que implican principalmente a las piernas, se
fortalece especialmente los músculos
del cuadro inferior.
Pero ahí no queda la cosa, el patinaje es
una actividad muy completa, ya que para hacer determinados movimientos, como
girar, frenar o cambiar de dirección, es necesario utilizar también el cuadro
superior del cuerpo, desde la cadera hasta los hombros.
Patinar no sólo contribuye a mejorar el estado físico
de una persona, ya que aumenta la resistencia
aeróbica, sino que también ayuda a desarrollar el sentido del equilibrio, sobre todo en el caso de
niños que comienzan a practicarlo desde un edad temprana.
Otro beneficio asociado a esta actividad es que,
cuanto más se practica, más se afinan nuestros reflejos, ya que no sólo requiere una alta concentración
para detectar los obstáculos en el camino.
Desde el punto de vista de la actividad física,
patinar ofrece los mismos beneficios que correr,
con la ventaja añadida de que las articulaciones, como las rodillas, no sufren
un desgaste con los golpes, ya que se trata de un deslizamiento en el que los
pies apenas se separan del suelo.
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