Son datos del Instituto de Lotería bonaerense. En
el territorio gobernado por María Eugenia Vidal solo hay diez centros
asistenciales con este foco y los especialistas piden mayores recursos para
tratar este tipo de adicciones.
Desde este verano, los apostadores
bonaerenses contarán con menos opciones para jugar en la Costa atlántica. La
semana pasada, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció el
cierre definitivo de tres casinos (los ubicados en Necochea, Mar de
Ajó y Valeria del Mar) y del bingo de Temperley, a los que se
decidió no renovarles la licencia para operar. En paralelo, autorizó un
llamado a licitación pública para la explotación de máquinas tragamonedas en
casinos de la provincia.
La decisión deja a la Provincia de
Buenos Aires con nueve casinos y 45 bingos, la mayoría ubicados en el Conurbano
y en la Costa. Desde hace tiempo, la consecuencia social de este estado de
situación son miles (ver Recuadro II) de bonaerenses jugadores compulsivos
(ludópatas) que en ocho de cada diez casos son adictos a las diferentes
variantes de las “maquinitas” (tragamonedas y ruleta electrónica).
Si bien la Gobernación aseguró que
“reforzará la asistencia” a las personas que padecen ludopatía o adicción al
juego, los especialistas consultados piden mayor cantidad
de centros de atención.
En
septiembre de 2005, bajo la gestión del entonces gobernador Felipe Solá,
comenzó a funcionar en la Provincia el Programa de
Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo, formado por un equipo
de profesionales en salud mental que ofrece asistencia a los jugadores y a sus
familias.
De acuerdo con datos
provistos por el Instituto de Lotería de la Provincia a este
medio, el programa lleva
atendidas 7.724 personas por cuestiones vinculadas al juego patológico.
Esto es así a pesar de que solo
existen diez Centros
Asistenciales en toda la provincia, ubicados en
Avellaneda, Bahía Blanca, La Plata, Mar del Plata, Morón, Necochea, Olavarría,
Pergamino, Tandil y Vicente López. “Esa situación provoca que quien se quiera
tratar tenga que recorrer largas distancias si no encuentra uno cerca”.
En mayo de 2017, el gobierno de Vidal sugirió que derivaría las consultas por
ludopatía de los diez Centros Asistenciales hacia los Centros de Prevención de
Adicciones (CPA), que se encuentran más extendidos en la
provincia y que dependen del Ministerio de Salud bonaerense. “La idea es que
los CPA vayan absorbiendo a los centros de ludopatía”, dijo por
entonces Juan Martín Malcolm, vicepresidente del Instituto.
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