La piel utiliza la luz
solar para ayudar a fabricar vitamina D, la cual es importante para la
formación normal de los huesos. Pero a veces, los rayos ultravioleta pueden ser
muy perjudiciales.
Dentro de la capa epidérmica (exterior) de la piel
hay células que contienen el pigmento llamado melanina. La melanina protege la
piel de los rayos ultravioleta del sol, que pueden quemar la piel y, con el
tiempo, reducir su elasticidad y causar que una persona envejezca
prematuramente. El bronceado tiene lugar porque la exposición a la luz solar
hace que la piel produzca más melanina y se oscurezca. El bronceado se va
desvaneciendo a medida que estas células llegan a la superficie y se caen.
Demasiada exposición a los rayos ultravioleta o UV
puede causar quemaduras solares. Los rayos UV penetran las capas exteriores de
la piel y pasan a las capas más profundas, donde pueden dañar o matar las
células de la piel. Las personas que tienen poca melanina y se queman muy
fácilmente deberían protegerse cubriendo las áreas sensibles usando bloqueador
solar, limitando el tiempo total de exposición y limitando el tiempo de
exposición entre las 10 a .m.
y las 2 p.m.
La exposición frecuente a los rayos ultravioleta
durante varios años es la causa principal del cáncer de piel. Examine su piel
frecuentemente para detectar bultos sospechosos o cambios en una lesión ya
existente en la piel. La detección y tratamiento a tiempo son fundamentales
para incrementar las tasas de curación del cáncer de piel.
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