Es un verdadero mal que
aqueja al mundo de hoy, antes los hijos eran maltratados, los nuevos padres
endiosan a sus hijos haciéndoles creer que el mundo gira a su alrededor. Es común
ver niños y niñas (6,7, 8, 9, 10 y mas años) sentados en los transportes públicos
(trenes y colectivos) mientras ancianos, ancianas y embarazadas están de pie, la
mama el papa de pie y con las mochilas
escolares en sus manos o al hombro, los pequeños exigiendo un asiento, cuando
sabemos que un niño o niña de esa edad juega incansablemente muchas horas sin siquiera
inmutarse, pudiendo ir perfectamente de pie, creo que todas y todos sabemos los
que es un niño o niña, ya hemos estado allí. Solo se trata de que los padres
recuerden a sus hijos en este caso en particular que los MENORES deben SEDER el
ASIENTO a los MAYORES, ANCIANOS o EMBARAZADAS, si ellos hacen una escena en un
transporte, que hacen en el hogar con sus padres.
¿Tu hijo te insulta
continuamente? ¿Te contesta siempre de forma agresiva? ¿Se comporta de manera
violenta? ¿Te ha amenazado en alguna ocasión? ¿Te ha agredido alguna vez?
Si es así, es más que
probable que tengas un hijo maltratador en casa.
Cuando hablamos de maltrato
en familia, seguramente lo primero que nos viene a la cabeza es el padre que
pega a su hijo, o una agresión entre los miembros de la pareja.
Sin embargo, la violencia también se genera desde el hijo hacia
el padre, y las denuncias por estos malos tratos han aumentado
en los últimos años.
Padres maltratados por sus hijos:
En el año 2018 se
registraron casi 5000 casos de esta índole en España, cuatro veces más que
durante el año 2007.
Aun así, el número sería
todavía mayor teniendo en cuenta los casos de violencia y maltrato que no se
denuncian, ya sea por vergüenza o simplemente por restar importancia a lo que
ocurre.
Las cifras parecen muy
claras en este aspecto, aun cuando el Instituto de la Juventud afirma que el
94% de los jóvenes entre 14 y 29 años jamás ha agredido a sus padres.
Unos datos que asustan
Según
un estudio del Centro de Intervención en Violencia Filioparental Euskarri, en
Vizcaya, más del 3% de los menores entre 13 y 17 años afirman haber agredido
físicamente a sus padres hasta en seis ocasiones a lo largo de un año, y hasta
un 14% lo hizo en forma de amenazas, insultos y maltrato psicológico.
Otro
dato igual de importante es el que aporta la Fiscalía de Menores: los padres
suelen tardar, de media, 18 meses en denunciar a sus hijos maltratadores.
Es vital actuar ante estos asuntos desde un principio, no sólo por frenar la conducta agresiva del niño
cuanto antes, sino también para poder tratarle con el fin de que abandone esa
agresividad y pueda aprender unos patrones de comportamiento adecuados.
¿De dónde surge la violencia?
El
perfil del hijo maltratador es un adolescente de entre 14 y 18 años, de clase
media-alta, con un rendimiento escolar bajo; un tercio son mujeres, el resto
varones.
Entre
el 60 y el 70% de los mismos son consumidores
de alcohol y cannabis. Además, muchos de ellos afirman haber
sido agredidos en el colegio por otros compañeros.
También
aumenta la prevalencia en familias con padres divorciados y, sobre todo, con
patrones de educación negativos, ya sea por pasotismo de los padres, por
sobreprotección, o por un exceso de permisividad y falta de responsabilidades.
No hay que buscar
culpables, pues esto podría generar un sentimiento que podría atormentar a los
padres de hijos maltratadores.
¿Qué se puede hacer?
El
caso debe abordarse desde todos los ámbitos que rodean al adolescente.
Casi
nunca se trata de un problema únicamente de la familia, del colegio o de los
amigos, sino que es un conjunto que hay que afrontar como tal.
Para
empezar, si el niño admite haber sido agredido en la escuela, es
necesaria la intervención del
profesorado u otros cargos con el fin de acabar con estos
actos.
En
el colegio también hace falta un claro establecimiento de normas y su
cumplimiento, así como un perfil de profesor que sea capaz de mostrar entereza,
que se haga respetar y que, además, sea una persona de confianza para el
adolescente.
Lo
primero es entender que tratar a un hijo maltratador supone tratar también a
sus padres y familiares.
Y
también comprender que, igual que ha aprendido las conductas violentas, puede
desaprenderlas y aprender otras adecuadas. Es decir, conviene asumir
que se puede salir de esta
situación.
Y,
para ello, la intervención comienza con los padres: igual que en la escuela, en
casa deben existir unas normas justas, claras y precisas, y también un sistema
de refuerzos y castigos por cumplirlas y por desobedecerlas.
Hay que ser firmes a la
hora de implantar este sistema, sin intentar obligar al niño con conductas
agresivas ni amenazas.
Obviamente,
si se producen agresiones físicas a diario o si la violencia se ha instaurado
de forma natural en casa, hay que tomar medidas jurídicas y poner por delante vuestra seguridad.
Si
tu hijo presenta una personalidad violenta desde pequeño, es posible que no
sepa tolerar la frustración y sólo sepa
contestar de forma agresiva.
Así
pues, únicamente puedo aconsejarte que acudas a un psicólogo para que te ayude
a ponerle fin a esta situación.
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