Miles de jujeños y turistas, congregados en los
mojones de las comparsas que en todo Jujuy celebran el carnaval, desenterraron
al mítico Pujllay, el diablo carnavalero de la alegría que andará suelto
durante nueve días.
Los festejos se desarrollaron con una gran convocatoria en distintos puntos del norte provincial, en particular en la Quebrada de Humahuaca, hacia donde partió un éxodo de autos y micros desde las primeras horas de la mañana.
Los festejos se desarrollaron con una gran convocatoria en distintos puntos del norte provincial, en particular en la Quebrada de Humahuaca, hacia donde partió un éxodo de autos y micros desde las primeras horas de la mañana.
Las riendas sueltas al Pujllay se empezaron a dar a partir del mediodía con las respectivas ceremonias en los mojones o apachetas - montículos de piedras – para, primero, pedir permiso a la Pachamama (Madre Tierra) y luego desenterrar el carnaval.
Fuera de los pueblos de la Quebrada, otro multitudinario punto de encuentro fue un "carnavalódromo" impulsado en la capital provincial por el grupo jujeño Los Tekis, ubicado en el predio de la denominada Ciudad Cultural, en el acceso norte a San Salvador de Jujuy, que desde las 14 horas abrió sus puertas.
Miles de familias optaron por desatar los festejos en el predio, donde, en medio de lluvias de nieve y talco, sonaron ritmos carnavaleros de la mano de Los Tekis y de otros grupos locales como Coroico, Jujeños, Mijitos, entre otros, y también circulaban decenas de "diablos".
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