UN POCO DE HISTORIA: El Gran Rosario no había registrado,
desde que comenzó a ser golpeado por el avance narco,
en 2013, un comienzo de año como el actual. La estadística criminal, los 17
homicidios en apenas dos semanas, establecieron un récord inquietante.
En todo enero del año pasado se habían cometido un total de 14.
Si se repasan los primeros 14 días de un nuevo año, sólo 2015, con 15
asesinatos, se asemeja con lo sucedido en 2020. Otro dato refleja la ferocidad criminal de estas semanas. De acuerdo a
datos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) todos los meses del año
pasado finalizaron en el Gran Rosario con menos de 17 crímenes, con la
excepción de marzo (21).
La ciudad vivió sus peores días en 2013, cuando en las
crónicas policiales se repetían noticias vinculadas con la banda narco “Los Monos”. El 26 de mayo de aquel año acribillaron a balazos a uno de
sus líderes, Claudio “Pájaro” Cantero. Días más tarde se inició un raid de venganzas contra los
posibles homicidas.
Luego llegaría, en medio de
una disputa entre bandas para ganar territorio, la detención de algunos
miembros de la banda. Desde Ariel “Guille”
Cantero, uno de los jefes, pasando por sicarios, lavadores
de bienes y policías que reportaban a la organización.
Aquel
2013 marcó un hito en la violencia local. En
octubre se registraron 33 crímenes, más de uno por día.
Fue el mes más sangriento hasta la actualidad. Entre octubre de 2013 y febrero
de 2014 se contabilizaron 150 homicidios en 151 días.
La tasa de homicidios en Argentina, de
acuerdo al último relevamiento del Sistema Nacional de Información Criminal del
Ministerio de Seguridad, que toma los casos de 2018, es de 5,3 crímenes cada 100 mil habitantes. Patricia Bullrich
presentó un informe final de su gestión al frente del ministerio de Seguridad
afirmando que en 2019 bajaría a 5.
El Gran Rosario finalizó 2013, su año más cruento,
con una tasa que triplicaba la media nacional de
aquel año: 22,5 homicidios cada 100 mil habitantes contra los 7,3 que se
alcanzó en todo el país. Ese registro fue moderándose en la Unidad Regional II
hasta alcanzar en 2019 los 13,2.
Enero
suele ser un mes complejo en el registro de
asesinatos. En 2014 y 2015 se alcanzaron los 28 casos, casi uno por día. Sin
embargo, ni siquiera en estos años, el arranque fue tan violento como en 2020.
En los primeros 14 días del 2014, hubo 11 crímenes y 15 en el mismo período de
2015. Comparando el resto de los años, en la primera quincena de 2013 fueron
seis asesinatos; en 2016, ocho; en 2017, siete; en 2018, 12; y en 2019, seis.
Con 19 crímenes en todo
enero y 12 sólo en la primera quincena, 2018 amaneció con una nueva guerra narco que tenía como
protagonistas a dos clanes familiares: los Funes y los Caminos. Los dos grupos
luchaban por espacios para comercializar drogas en algunas zonas del sur de la
ciudad. La disputa escaló de tal manera que desde los dos bandos se prometían venganza y muerte a través de las redes sociales.
Uno
de sus miembros hasta se exhibió en un video celebrando el año nuevo disparando al aire con una ametralladora mientras
cumplían con arresto domiciliario. La disputa derivó en crímenes sangrientos y
múltiples detenciones.
Las
nuevas autoridades en Santa Fe vinculan la situación actual con el reacomodamiento de bandas delictivas, pero también
atribuyen el clima de inseguridad a los cambios impulsados en las cúpulas policiales.
El Gobierno provincial
firmó el jueves un acuerdo con Nación para que
Fuerzas Federales refuercen el patrullaje en las calles. Desde hace
dos días esa presencia comenzó a hacerse visible en los barrios más
calientes.
El mapa homicida de Rosario deja en
evidencia cuáles son las zonas más complejas de
custodiar: el sur, el suroeste, el oeste, el noroeste, los barrios periféricos
y más postergados. Lugares donde los vecinos se acostumbraron a convivir con la pobreza y la inseguridad.
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