La periodista Fabiana Scherer dio
a conocer su primer libro, “Alzamos la voz”, en el que atraviesa temas clave en
la agenda feminista: derecho al aborto legal, acoso callejero, el valor de los
movimientos de mujeres, el lenguaje inclusivo y la educación sexual integral
(ESI). También se pregunta qué rol le toca a los hombres en esta revolución.
Infobae presenta un adelanto con el capítulo “#Nuevas Masculinidades”
Nuevas Masculinidades:
“No se puede empoderar a
las mujeres y a las niñas sin que participen también los hombres y los chicos”, reflexiona Michael
Kimmel, sociólogo y director del Centro para el Estudio del Hombre y las
Masculinidades, de la Universidad Stony Brook de Nueva York. Este especialista
está convencido de que para alcanzar la
igualdad de género es necesario educar, salir de las viejas ideas de lo que
significa ser hombre, romper de una vez por todas con la herencia patriarcal. En
sus recurrentes charlas suele poner de ejemplo un documento que hay en el
Pentágono, y que da pruebas del extremo pensamiento patriarcal: “Lyndon B.
Johnson (presidente de los Estados Unidos) no quiso abandonar Vietnam porque
tal gesto no se iba a considerar propio de un hombre”.
Históricamente, el
modelo de masculinidad predominante impregnó todas las esferas de la estructura
de una sociedad (política, económica y cultural) y, a su vez, legitimó y perpetuó una forma de poder sobre
otros, ya sea sobre las mujeres o sobre otros hombres. La activista social
bell hooks analiza la toma de conciencia de los hombres, ya que considera como
un punto clave para el avance del movimiento feminista, tener a los hombres como aliados en la lucha. “La masculinidad
patriarcal enseña a los hombres que su conciencia de sí mismos y su identidad,
su razón de ser, reside en su capacidad para dominar a
otros y otras (…). Los hombres de todas las edades necesitan espacios donde se afirme y se valore su
resistencia al sexismo”.
Estos espacios de los que habla bell hooks se
pueden ver reflejados en uno de los colectivos que ha nacido en los últimos
años, Varones Antipatriarcales,
nacido en 2012 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que busca revertir toda
forma de desigualdad y opresión hacia las mujeres; buscan
deconstruir qué es ser varón.
En
2018 se realizó el VII Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales
(ELVA) y convocó cuatro veces más que el año anterior. Los ELVA pretenden ser espacios de (des)educación contra los efectos de
un sistema de opresión que inculca la obligatoriedad de ser “machos”, de tener
siempre el control, y el rechazo por la feminidad.
Podemos ver que el mundo está atravesando un punto
de inflexión, una especie de viaje
introspectivo que invita a mirarse en el espejo. Hoy sabemos, como bien
sostiene la ONU, que la lucha por la
igualdad de género no es solo un tema de mujeres, sino una cuestión de derechos
humanos. Y la clave, sin duda, está en la educación. “¿Qué pasaría si, a la hora de criar
a nuestros hijos, hijas, no nos centráramos en el género sino en la capacidad,
en los intereses?”, pregunta la feminista nigeriana Chimamanda Ngozi
Adichie.
La masculinidad tradicional se define en oposición a lo femenino: los hombres no
lloran, no “cuidan” y tienen que proveer a la familia, ellos están a cargo del
sustento. Lo que se viene dando desde hace un tiempo es el cambio del modelo de masculinidad, una
apuesta nueva e igualitaria que elimina
los estereotipos de género.
Cada hombre es libre de asumir la masculinidad como
lo prefiera, según su personalidad, ya que no hay una forma única de “ser
hombre”; pero hay un cambio de actitud hacia la homosexualidad y otras
sexualidades, porque ahora se considera como algo importante vivir la
sexualidad de una forma más natural y plena, sin los determinantes que el
modelo masculino tradicional ha impuesto a través de los años.
Las nuevas
masculinidades buscan que cada uno exprese su género como quiera. La sociedad machista
hace que los hombres sientan que deben actuar según el estereotipo y que sean
reacios a mostrar vulnerabilidad, cuando en realidad es
posible que sean seres sensibles, afectivos y sobre todo, vulnerables. Siguiendo
estos lineamientos, es necesario reconocer el deseo y las necesidades del otro,
de los pares, y apoyar la lucha contra el sexismo al no tolerar la violencia de
género ni ningún tipo de abuso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario