Desde
hace muy poco, Bulgaria comenzó a implementar la siembra directa. El país
europeo se caracteriza por tener el 50% de su territorio con tierras agrícolas.
Los principales cultivos extensivos de Bulgaria son trigo, girasol, maíz,
cebada, y avena. Este país completa su producción agrícola con algodón, tabaco,
uvas, tomates, remolacha, papas y repollos.
Con
un promedio anual de precipitaciones de 630mm, la eficiencia en el
aprovechamiento del agua es clave en Bulgaria. En este país el productor
agropecuario e ingeniero agrónomo Alexander Kitev, de Krivina,
incursionó en la siembra directa hace cinco años y, satisfecho con los
resultados, está asesorando a sus colegas y vecinos brindando sus conocimientos
en el tema.
Primeros contactos
En
abril de 2019, la Embajada Argentina en Bulgaria remite
el interés de Agrimat BG (de la que Kitev es su director), una firma que
comercializa implementos agrícolas, por adquirir sembradoras argentinas.
“El
23 de julio embarcamos las primeras dos sembradoras, que fueron vendidas
inmediatamente a productores búlgaros que comenzaban con el sistema de siembra
directa”, relata Carlos Bosio, del departamento de
ventas de Pierobon SA, empresa cordobesa de más 60 años de vida.
“Arribadas
las sembradoras a Bulgaria fuimos a realizar el ensamble y puesta en marcha de
las mismas. Aprovechamos la estadía para visitar productores interesados en el
sistema y la maquinaria y diversas zonas para ver la
topografía del terreno. Y vendimos un tercer equipo.”
Quinto embarque en junio
“Esta
semana se concretó otro negocio por una sembradora que se va a
embarcar a mediados de junio”, continúa Bosio.
“El
panorama es muy alentador, los agricultores están muy interesados en realizar
un cambio en su forma de trabajo para poder ser más rentables y aprovechar al
máximo el bajo régimen de lluvia que tienen e incluso en épocas desencontradas
con la fecha de siembra”.
“No
cabe duda que la importancia de un buen comienzo radica en que la persona que
nos representa es productor agropecuario, ingeniero y ha llegado a la
experiencia de la siembra directa porque su rentabilidad ya era muy baja y no
podía seguir trabajando con el sistema tradicional, porque iba a terminar
desapareciendo como productor”, comenta Bosio.
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