La escarapela argentina fue utilizada por primera
vez por un grupo de damas de Buenos Aires (Casilda Igarzábal entre otras) al
presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe
del Regimiento de Patricios, el 18 de mayo de 1810 y
por el «Calendario Escolar» de 1951, se fijó dicha fecha como Día de la Escarapela.
La Escarapela Nacional
Argentina es uno de nuestros símbolos patrios, junto al escudo, el himno y
la bandera. Si bien, en el imaginario popular, la creación de la escarapela
está unida a las jornadas de la Revolución de Mayo, con Domingo French y Antonio
Luis Beruti, repartiendo cintas celestes y blancas; en realidad, no hay
documentación que avale esta hipótesis planteada por Bartolomé Mitre.
Lo concreto, en relación
a la creación de la escarapela, es que, a solicitud de Manuel Belgrano, su uso
se establece por decreto del primer Triunvirato, el 18 de febrero de 1812.
Historia
Durante los
preparativos para prevenir la segunda invasión inglesa, el Regimiento de
Patricios de Buenos Aires usó un penacho blanco y azul
celeste, color éste último que ningún otro cuerpo usaba en su
uniforme. Al referirse a los Patricios, Bartolomé Mitre hace mención a este
color en su “Historia de Belgrano”.
La mujer
porteña, que tan destacada actuación tuvo en la expulsión del invasor, comenzó
a utilizar en esos tiempos rebozos con los colores del pompón de los Patricios,
identificándose con la causa: azul celeste con ribete blanco. Quedó así sentado
que fue la mujer argentina quien divulgó los que serían
los colores nacionales. Fueron ellas las que tanta y
decisiva intervención tuvieron en los sucesos de Mayo y en la epopeya que los
siguió.
French, Azcuénaga y Beruti
Durante las
primeras horas de la mañana del 25 de mayo, en la casa de
Miguel de Azcuénaga, estaban reunidos varios de los promotores del movimiento
revolucionario esperando el momento de obrar si llegaba el
caso. Entre éstos, estaba French y cuando se conoció la noticia de que el
Cabildo no accedía a las aspiraciones de los patriotas, los que estaban en lo
de Azcuénaga se dirigieron a la plaza.
French, al
llegar a la plaza al frente de los patriotas que acaudillaba, tuvo que ver que
gran parte de la multitud allí reunida ya llevaba la divisa blanca y celeste y
entonces fue cuando entró en una tienda de la recova, compró cintas de esos colores y las distribuyó entre los suyos,
siendo Beruti el primero de ese grupo que se colocó ese distintivo.
A ciencia
cierta, no se puede afirmar con seguridad cuál ha sido el preciso origen de los
colores patrios. Todo lo que puede hacerse hasta hoy es dejar establecido que
se usaron en varias ocasiones hasta llegar al penacho de los Patricios. De
allí, pasaron al rebozo de las damas porteñas y al ojal y sombreros de los
patriotas.
Tanto el 25
de Mayo de 1810 como en días anteriores, esos colores fueron
divisa de quienes querían un gobierno propio y luego de
ese pronunciamiento tuvieron el carácter de distintivo partidario. Después de
la revolución, algunos cuerpos del Ejército usaron esos colores como
escarapela, al tiempo que otros continuaban llevando el rojo de la monarquía, a
pesar de obedecer a las nuevas autoridades.
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