martes, 2 de junio de 2020

¿Porque hoy molestan a algunas mujeres la galantería y o un bello piropo? ¿Qué cambio?



Hace unos días leí un tweet de una joven española (pero que sucede en muchos países ), que compartía lo que para ella había sido una indignante experiencia, había dictado un curso presencial y al final del curso uno de los asistentes se le acercó para decirle que había disfrutado mucho la clase y que la instructora era “además de inteligente muy guapa”, es decir, al asistente del curso le gustó la instructora y decidió probar suerte. Ese comportamiento fue catalogado por la instructora en las redes sociales como una inaceptable aproximación. “Que te valoren por tu apariencia, me sentí muy incómoda”.


Recuerdo en mis días de soltero que en la dinámica de las relaciones sociales, si querías llamar la atención de alguna dama era necesario desarrollar algún tipo de estrategia. Dependía de la personalidad de los involucrados, pero en definitiva te tenías que aproximar, manifestar algo que permitiera al otro entender que había interés.

 Esa manifestación podía ser algún comentario sobre la apariencia, la personalidad o el intelecto, después de eso tenía que venir un segundo paso, por lo general invitar a la dama a comer o a tomar una copa de vino. Pero difícilmente eso era suficiente, ya que los labios no se tocan por inercia, salvo que la dama mostrara un evidente interés en finiquitar el asunto, el caballero tenía que asumir un riesgo, tenía que jugársela, pero no podías ser impulsivo o poco sutil porque eso podía arruinar todo lo avanzado. Para ello podías intentar acercarte un poco más,

tocar una rodilla (ni de broma más arriba), valerte del ruido del lugar para tener la excusa de decir algo cerca del oído, dependiendo de la reacción de la dama decías si era momento del siguiente paso. El alcohol efectivamente aceleraba todos esos tiempos y estrategias, bien para que ambas partes se sintieran desinhibidas o bien para decir al día siguiente que todo había sido culpa del alcohol.
La estrategia de las damas solía ser mucho más simple y corta, si les llamaba la atención algún caballero, la jugada era manifestar algún cumplido (el mismo primer paso del párrafo anterior), algo relacionado con las aptitudes de su objetivo (intelectuales, deportivas, etc.), luego de eso el caballero ya sabía que la dama estaba interesada (ojo que algunos hombres  necesitan más de una manifestación para entender la señal), a partir de ese momento la pelota estaba en la cancha del caballero. Procedía ahora las fases sucesivas ya observadas en el párrafo anterior bajo la iniciativa del hombre.
De cualquier modo, allí reside la desgracia de los solteros y divorciados de nuestro tiempo, como este tema se ha convertido en un asunto ideológico y bandera política de muchos, las relaciones sociales están cambiando y los varones se ven cada vez más constreñidos a ignorar su instinto biológico, es como si la ideología comenzara a llevar a cabo una transformación antropológica en los varones de mi generación y de las generaciones que vienen.
Ya veremos si la instructora dentro de unos años, cuando la fuerza de gravedad, el tiempo y el ciclo celular hayan hecho su trabajo, recordará con nostalgia los días en que recibía piropos.

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