miércoles, 22 de julio de 2020

El BUDA mas grande de Latinoamérica se halla en ARGENTINA, con 14 metros de altura.

Luego de siete años de intenso trabajo, la comunidad laosiana de Misiones inaugurará la imagen del Buda más grande del país con una fiesta comunitaria y religiosa el 20 de febrero desde el mediodía.
La obra se emplaza a la entrada de la colonia ubicada en ruta 12 frente al barrio Itaembé Guazú y se integra al templo Rattanarangsyaram como un centro espiritual que convoca a quienes profesan el budismo en la región y en el mundo.

La escultura de 14 metros de alto por 9 de base muestra a un Buda protector totalmente pintado de dorado. Dos nagas lo secundan como símbolo de sabiduría y lealtad. Son seres mitológicos con forma de serpiente y dragón que habitan las aguas profundas y ayudan a los humanos. Además, tiene otras imágenes más pequeñas como un Buda con las manos abiertas en señal de bendición.

Al frente del trabajo están el ingeniero Won Synalay y los monjes Somsak Inthavilai y Sivone Khankham colaboran voluntariamente los vecinos con mano de obra, recursos económicos y ventas de platos para recaudar fondos.
El monje Somsak explicó a El Territorio que la bendición del conjunto escultórico tendrá lugar el 20 de febrero en la celebración anual del templo, que es una de las festividades más importantes de la comunidad laosiana en la provincia.

Para la ceremonia ya han llegado dos monjes budistas provenientes de Estados Unidos y se espera el arribo de otros religiosos.
Acerca del simbolismo de la imagen, reseñó: “El Buda representa la protección y la iluminación, los nagas encaminan al éxito, a la concreción de lo que uno se propone. Acá en esta tierra el naga se convirtió en un ser protector de los inmigrantes que llegaron a la provincia y que se asentaron primero en la costa del río. El naga vive en el agua y trae suerte y prosperidad. Entonces el naga también recuerda la condición de los refugiados”.

En adelante, la idea es levantar frente a la escultura un espacio techado con sillas donde sentarse a orar y meditar.
Somsak como Sivone vinieron desde Laos a la tierra colorada con la misión de fortalecer la religiosidad y la cultura de los inmigrantes y sus hijos para que la identidad no se pierda.
Hace dos años que están instalados en Posadas y emprendieron el aprendizaje del español para llegar a la tercera y cuarta generación de laosianos argentinos, muchos de ellos ya no hablan la lengua de sus padres.


Gigante de hormigón

Chamnong Sengmany (68) es uno de los colaboradores de la primera hora en el proyecto de la escultura del Buda y relató la ardua tarea que requirió dar forma a la inmensa estructura de hormigón. “Fue un trabajo duro, de poco a poco. Cada fin de semana trabajamos, porque entre semana la gente tiene sus ocupaciones. En la construcción estuvimos unas siete personas y toda la comunidad ayudó económicamente, también como acá estamos pasando una situación bastante difícil en lo económico, recibimos ayuda de afuera, de monjes de otros países y de compatriotas”.
Según precisó, sólo en 2012, año de inicio de la obra, las labores de la primera etapa llevaron más de 70.000 pesos.
“Ahora ya está casi listo, sólo falta colocar la escultura del Buda más pequeño y unos retoques de pintura y completamos. Todos los que trabajamos lo hicimos de corazón, para tener un centro de fe y estamos orgullosos”.

La fiesta
El día 19 se dedicará principalmente a los preparativos y habrá una mesa comunitaria, mientras que el 20 será la ceremonia religiosa, luego se compartirá la comida y habrá música y baile.
Los monjes resaltaron la importancia de las fiestas para mantener unida a la comunidad.
“Somos un pueblo muy festivo y con mucha fe, un pueblo simple, y queremos rescatar esos valores y también compartirlos con toda la gente, el barrio siempre está abierto para recibir al que quiera visitarnos y saber de nuestra cultura y nuestra historia”, dijeron.

Refugiados
En Misiones residen actualmente unas 60 familias de laosianos y descendientes, según cifras de la asociación de laosianos.
El primer contingente de familias de refugiados del Sudeste Asiático llegó a Posadas el 19 de febrero de 1980 en el marco del Programa de Refugio promovido por Naciones Unidas e implementado por la dictadura militar hacia fines de los años ‘70.

 Eran 16 familias, que en total sumaban 70 personas, y la mitad eran niños. Llegaron escapando de la violencia, la pobreza y la muerte que asolaba la región de Indochina cruzada por conflictos bélicos. La gran mayoría provenía de Laos, aunque también había refugiados de Camboya, Tailandia y Vietnam.
Un estudio publicado por el Registro Nacional de las Personas en 2012 señala que luego llegaron más familias, y así Posadas se constituyó en uno de los principales polos receptores del país. El clima cálido y el río que daba posibilidad de pesca eran principales motivo para asentarse.

Los recién llegados fueron alojados en el centro de recepción ubicado en el predio de la Expoferia junto al balneario municipal El Brete. Y según preveía el programa, una vez que aprendieran el idioma y accedieran a un empleo se les otorgaría una vivienda. Sin embargo, el plan no se cumplió en su totalidad y muchas familias debieron salir adelante solas. Con el tiempo algunas fueron reubicadas en Yohazá y Yacyretá y otras, se asentaron en cercanías del parque de la ciudad donde hoy se levanta la colonia con el templo, las casas y tierras dedicadas al cultivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario