El ritmo de la vida
actual es rápido, estresante e inestable, con lo que es habitual que nuestra
salud mental pueda verse afectada negativamente. Se calcula que hasta una de
cada cuatro personas experimentará algún tipo de problema de salud mental a lo
largo de su vida y en esos momentos el apoyo es fundamental. Una solución a
estos problemas puede ser la ecoterapia.
La
ecoterapia, también llamada terapia verde o terapia centrada en la Tierra,
es un conjunto de técnicas terapéuticas que sostiene que formamos parte de
una red de vida y que nuestra psicología forma parte del medioambiente.
Esta
terapia se recomienda en casos de ansiedad, depresión y estrés y actualmente se
está practicando en residencias de adultos mayores, hospitales, centros de
salud mental y en centros juveniles. Este método está aumentando cada vez más
con abundantes casos de éxito.
Beneficios mentales
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Reducción de los pensamientos negativos: la naturaleza impacta de forma
positiva en la mente, como un botón de reseteo que reduce los pensamientos
obsesivos y negativos.
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Promueve la creatividad: ayuda hasta en un 50% en la resolución de problemas
complejos.
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Estimula la capacidad intelectual: correr en el bosque, no solo quema
entre 400 y 700 calorías por hora, sino que también ayuda a mantener las
células sanas y nutridas
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Dominar el trastorno por déficit de atención: exposición a actividades al aire
libre disminuye significativamente esos síntomas.
Beneficios físicos
Un
estudio constató que aquellas personas que empleaban un tiempo en caminar o
descansar en el bosque tenía menores tasas de cortisol, presión arterial y
frecuencia cardíaca. Otros estudios encontraron mejorías en el sueño,
funciones positivas en el sistema inmune y menores tasas de
trastornos relacionados con el estrés en aquellas personas que pasan tiempo en
la naturaleza.
Técnicas de ecoterapia
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Baño de bosque: consiste en realizar una terapia dentro de la atmósfera del
bosque.
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Conectarse con la tierra: está basada en buscar y dar con el equilibrio
para nuestra salud a través de la reconexión eléctrica de nuestro cuerpo con la
tierra, con actividades como caminar descalzos por la hierba o la playa o
disfrutar de una larga y relajante ducha o baño caliente.
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Otras actividades para conectar con la naturaleza: consisten en abrazar un
árbol, hacer senderismo, escalar montañas, sentarse junto al río, contemplar el
mar o formar parte de meditaciones guiada por un entorno natural.
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