miércoles, 1 de julio de 2020

ROSARIO: Miles de negocios cerrados en Rosario por efecto de la cuarentena.


Detrás de los bares más emblemáticos como Queens, Bar Blanco, La Maltería, Malone o El Resorte, hay miles de pequeños y medianos comercios en Rosario que no lograron superar el freno económico que impuso la cuarentena preventiva por el coronavirus. En los últimos dos meses el cierre de locales alcanzó el 50%, siendo un total de dos mil negocios los que tuvieron que bajar las persianas.


 Esta crisis económica no distingue tamaño o nivel de facturación. Es un golpe de knock out para muchísimos empresarios pymes que ven caer sus ilusiones de la noche a la mañana. La pandemia es un mal que nunca nadie predijo. Parecía que solamente se leía en libros como hechos históricos que devastaron a las sociedades antiguas, pero que era inimaginable en el siglo XXI. Sin embargo, llegó y llegó con todas sus fuerzas.

 Los datos son impactantes: según el relevamiento realizado por la ONG Concejalía Popular hay unos 7.400 locales ociosos. Se trata de un 50% más que a principios de marzo. “Las ventas en noviembre y diciembre no fueron buenas y en enero y febrero significaron una caída muy importante en la actividad productiva. La expectativa de un cambio de gobierno no alcanzó para frenar la sangría sobre los locales comerciales”, opinó a El Litoral su titular, Nire Roldán.


Para el director de la ONG, los negocios que bajaron sus persianas “en su mayoría” lo tuvieron que hacer por el “parate” que hubo durante dos meses consecutivos. Por ejemplo, “las parrillas están en crisis total, ya de por sí la comercialización de carne requiere toda una especialización y eso hace que muchas no puedan funcionar correctamente, no les da rentabilidad”.

De cinco mil locales ociosos que registraba Rosario a inicios de marzo, se incrementaron a 7.411, es decir casi un 50% más. En rigor, Echesortu, Ayacucho y Empalme Graneros son las zonas que registraron un menor nivel de caída. En contraste, el centro y macrocentro muestran un panorama desolador.

Pichincha, por su parte, que parecía la meca de los bares y cervecerías en la ciudad, presenta un foco importante de “cierre de locales‘, porque está íntimamente relacionada -la zona- al “tipo de actividad que se desarrolla. Los que tenían dos o tres locales, redujeron su actividad en uno o dos”



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