jueves, 24 de septiembre de 2020

ARGENTINA: La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos. Cerca de la mitad de los niños menores de cinco años con sobrepeso u obesidad vivían en Asia y una cuarta parte vivían en África.

 


Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil. El sobrepeso y la obesidad se definen como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud”.

 

La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes se define de acuerdo con los patrones de crecimiento de la OMS para niños y adolescentes en edad escolar, en donde el sobrepeso es entendido como el Índice de Masa Corporal (IMC) para la edad y el sexo con más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil, y obesidad = el IMC para la edad y el sexo con más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.



En diálogo con InfobaeMónica Katz, médica especialista en nutrición, creadora del Movimiento No Dieta y directora de la diplomatura en Obesidad en la Universidad Favaloro, se refirió al impacto de la obesidad en la infancia, que aconseja para paliar este difícil panorama y el agravante que presupone la cuarentena y el confinamiento.

Según Katz, ciertos consejos se podrían tener en cuenta para disminuir el consumo de azúcar y alimentos con alto contenido en grasas: “La mitad de las comidas deberían ser verduras y la mitad de lo dulce debería ser fruta. Luego, existe una dificultad pues se atribuye a lo industrializado ser la fuente del sodio azúcares y grasas y en realidad casi la mitad del sodio, el azúcar y la grasa la agregamos en casa cuando preparamos recetas caseras”.

Entonces no es tan sencillo pues falta educación al respecto, programas de TV de cocina que “dirijan” a la gente hacia la disminución de estos nutrientes críticos”, advirtió, al mismo tiempo que añadió: “Me escandaliza a veces ver lo que se enseña en estos programas en donde falta ver fuentes de frutas frescas y secas en cada programa de TV con mesa, noticiero o magazine, en cada novela prime time”. Para la especialista, “los humanos emulamos a quienes admiramos.

En nuestro país se castiga una de los comportamientos con más evidencia de prevención de múltiples enfermedades: consumo de frutas y verduras, pues casi 37% de ellos son impuestos superpuestos. Estamos consumiendo menos del mínimo recomendado”, Entonces no es tan sencillo pues falta educación al respecto, programas de TV de cocina que “dirijan” a la gente hacia la disminución de estos nutrientes críticos”, advirtió, al mismo tiempo que añadió: “Me escandaliza a veces ver lo que se enseña en estos programas en donde falta ver fuentes de frutas frescas y secas en cada programa de TV con mesa, noticiero o magazine, en cada novela prime time”.

Para la especialista, “los humanos emulamos a quienes admiramos. En nuestro país se castiga una de los comportamientos con más evidencia de prevención de múltiples enfermedades: consumo de frutas y verduras, pues casi 37% de ellos son impuestos superpuestos. Estamos consumiendo menos del mínimo recomendado”,

La mala alimentación y el sedentarismo en las niñas y niños de Argentina se instala fuerte en medio de la pandemia del COVID-19 y aumenta en consecuencia la “pandemia tapada” de la obesidad infantil. La cuarentena que estamos transitando en Argentina hace más de 150 días agravó otras problemáticas para la salud.

El confinamiento social preventivo obligatorio obligó a muchas familias a adoptar nuevas rutinas. Los niños y niñas perdieron la posibilidad de asistir al colegio, hacer deporte, ir al club o a la plaza. De esta forma, el ejercicio físico disminuyó progresivamente. Hoy muchos menores sólo caminan de las clases virtuales al sillón o a la cama para ver videos en Youtube o jugar con la tablet o la play. A lo anterior, se suman hábitos alimenticios desordenados que elevan la obesidad infantil.

La mala alimentación y el sedentarismo en las niñas y niños de Argentina se instala fuerte en medio de la pandemia del COVID-19 y aumenta en consecuencia la “pandemia tapada” de la obesidad infantil. La cuarentena que estamos transitando en Argentina hace más de 150 días agravó otras problemáticas para la salud.

El confinamiento social preventivo obligatorio obligó a muchas familias a adoptar nuevas rutinas. Los niños y niñas perdieron la posibilidad de asistir al colegio, hacer deporte, ir al club o a la plaza. De esta forma, el ejercicio físico disminuyó progresivamente. Hoy muchos menores sólo caminan de las clases virtuales al sillón o a la cama para ver videos en Youtube o jugar con la tablet o la play. A lo anterior, se suman hábitos alimenticios desordenados que elevan la obesidad infantil.

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