Origen
El lugar de nacimiento original del clavel está en la costa mediterránea. Su popularidad se remonta muchos siglos atrás, a la época de los romanos, donde ya entonces había coronas de flores elaboradas con ellos, y perfume de clavel. También se pueden ver claveles en pinturas religiosas como símbolo de la Virgen María y para representar el sufrimiento de Cristo.
Hoy en día siguen teniendo una gran presencia en
festejos como la Semana Santa, donde podemos verlos decorando las precesiones.
Su nombre latino es Dianthus, derivado de Dios y anthos
(flor), ¡Sin duda el clavel es un una flor de lo más divina!.
Colores y formas.
Verde, morado, rojo,
amarillo, champán, blanco. rosa...la lista de colores de esta flor es casi
infinita. El clavel ofrece una variedad de colores realmente magnífica pero no
es lo único bueno que tiene. Además, varía de manera espectacular de forma,
pudiéndola encontrar con una capa simple o doble de pétalos, con una sola flor
o varias, y con variaciones en la forma de sus pétalos (más dentados, con
flecos, con bordes redondeados, etc)
Simbolismo:
El clavel simboliza la pasión,
el afecto,
el anhelo y
el romance.
Los pintores del Renacimiento en el s.XV y XVI la eligieron como flor
predilecta para aparecer en sus escenas de compromiso y emparejamiento. Nada ha
cambiado desde entonces y el clavel sigue siendo el regalo perfecto para demostrar amor
con flores.
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