lunes, 23 de noviembre de 2020

¿Exista la CONCIENCIA HUMANA?

 

El córtex es la región del cerebro que genera la conciencia del entorno y de uno mismo, según una investigación que describe por vez primera los mecanismos neuronales del psiquismo humano. Aunque la investigación sobre la formación de la conciencia está aún en un estado primitivo, sus autores consideran que las facultades de nuestro cerebro pueden explicarse totalmente por la interacción de las células nerviosas.

 


La conciencia en sí podría ser la expresión de un reducido número de neuronas, en particular de las que se proyectan desde la parte posterior del córtex hasta el córtex frontal, añaden los investigadores.

Desde 1976, Francis Crick, autor del conocido libro La búsqueda científica del alma, se ha dedicado a estudiar el cerebro humano y a buscar las bases científicas de un objeto tan intangible como es la conciencia.

Según explica en el artículo de Nature Neuroscience , se produce un mecanismo natural en el que distintas partes del cerebro humano se funden unas con otras para crear un sentimiento de conciencia.

La conciencia ha sido considerada durante mucho tiempo como un tema tabú y ha permanecido excluida del ámbito científico hasta hace muy poco tiempo, cuando algunos científicos y premios Nobel, entre ellos Francis Crick, la convirtieron en objeto de investigación.

La conciencia humana y la percepción de la individualidad se generan en un determinado espacio del cerebro situada en la parte posterior del córtex, lo que convierte estos fenómenos en meros episodios de las reacciones bioquímicas del cerebro, según una investigación realizada por el Premio Nobel Francis Crick, uno de los descubridores de la estructura del ADN, que publica la revista Nature Neuroscience.



La investigación pretendía determinar la relación neuronal de la conciencia (neural correlate of consciousness o NCC) o, lo que es lo mismo, las bases neurobiológicas de esta facultad superior del psiquismo humano.

El córtex emerge como la región del cerebro donde se generan los procesos de la conciencia. Es una sofisticada e interconectada red neuronal que sustenta la percepción a través de nodos que expresan cada uno de ellos un aspecto de la percepción.

Un nodo por sí mismo no es capaz de generar conciencia ni de sostener la noción de individualidad, pero los nodos se activan y desactivan en función de una serie de coaliciones de neuronas que son las que amplían la capacidad cerebral y generan la conciencia de los procesos subjetivos y del entorno.

Estado primitivo de investigación

Aún reconociendo que las investigaciones sobre el papel de las neuronas en la formación de la conciencia están en un estado primitivo, Francis Crick considera que el comportamiento de nuestro cerebro puede explicarse totalmente por la interacción de las células nerviosas, lo que ha verificado mediante la investigación que hace pública ahora, en el 50 aniversario del descubrimiento de la doble hélice del ADN.

La investigación de Francis Crick, realizada conjuntamente con Christof Koch, se basa en años de experimentación, incluidos estudios con pacientes que sufrían lesiones cerebrales, pruebas con animales e investigaciones psicológicas.

Algunos de los datos de mayor valor provienen de estudios realizados con pacientes epilépticos, en cuyo cerebro se colocaron diminutas sondas para evaluar sus ataques.

El estudio describe cómo distintas partes del cerebro se interrelacionan para producir la conciencia. Por primera vez disponemos de un esquema coherente sobre las correlaciones neuronales de la conciencia en términos filosóficos, psicológicos y neuronales, señala el estudio.

Intencionalidad de la conciencia

Aunque la mayoría de los investigadores se mueven en la hipótesis del materialismo científico, también son numerosos los que consideran que nuestra especie posee a nivel psíquico funciones específicas que escapan a los procesos psico-químicos.

En la actualidad, los científicos tienden a converger en una definición de conciencia que consiste en un proceso que da sentido a las percepciones, lo que introduce en el concepto la noción de intencionalidad mediante la cual atribuimos a la conciencia una finalidad.

De esta forma, la conciencia se convierte en un apelativo de las percepciones y los pensamientos, lo que permite hablar de conciencia visual o sensorial.

Contemplada como proceso, la conciencia es una actividad autónoma que puede tener en cuenta o no los estímulos. En estas condiciones, un cerebro aislado y mantenido vivo debería permanecer consciente.

El Instituto Riken de Japón es paradigmático en los proyectos de réplica del cerebro humano, ya que trabaja en [tres programas diferentes]article: que pretenden por un lado comprender el cerebro, por otro protegerlo y finalmente recrearlo artificialmente, con todas sus facultades superiores, incluidas la conciencia, el pensamiento, la memoria y la intuición.

El trabajo de Crick se enmarca en este contexto y promete impulsar tanto las investigaciones para una mejor comprensión de la conciencia humana y sobre los procesos cerebrales que la soportan, como los trabajos tendentes a replicar en máquinas los mecanismos que caracterizan a la mente y el psiquismo humanos.

En la práctica, el cerebro funciona como un sofisticadísimo superordenador. Sólo pesa unos 1.300 gramos, pero contiene alrededor de 100.000 millones de células conocidas con el nombre de «neuronas» que constituyen las unidades básicas del sistema nervioso.

En un solo segundo, estas células son capaces de procesar hasta 200.000 millones de bits de información. Para ello se valen de sus casi 100 trillones de interconexiones.

La inteligencia artificial pretende replicar y superar esta capacidad del cerebro en sofisticadas y complejas máquinas adecuadamente programadas.

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