Respeto y tolerancia son términos que van de la mano. Son dos de los valores humanos que se deben priorizar y no se pueden olvidar en ninguna circunstancia. Si se desea vivir en una sociedad tolerante es fundamental respetar al prójimo y tolerar que piense diferente por mucho que se crea que está equivocado en su pensamiento.
¿Qué es tolerancia?
Si
buscamos el significado de tolerancia en la RAE (Real
Academia Española), vemos que este término está definido en su acepción 2 como
“respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes
o contrarias a las propias”. En la acepción 3, se da un paso más allá y se
refiere a la tolerancia como “el reconocimiento de inmunidad política para
quienes profesan religiones distintas de la admitida oficialmente”.
Declaración de Principios sobre la
Tolerancia de la UNESCO
El 16 de noviembre de 1995 los Estados miembros de
la UNESCO tomaron conciencia real de que para conseguir la paz en sus
sociedades era necesario adoptar medidas positivas para fomentar la tolerancia como
“preciado principio” si querían que sus pueblos progresaran tanto económica
como socialmente.
Para
ello, firmaron una Declaración de Principios Básicos
sobre la Tolerancia donde recogieron que “la tolerancia
consiste en el respeto, la aceptación y
el aprecio de la rica diversidad de las culturas de
nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La
fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad
de pensamiento, de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la
diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una
exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la
paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz”.
Por tanto, tal y como refleja esa Declaración, la
Tolerancia no significa conceder o condescender. Debe ser una actitud
proactiva que respeta los derechos universales que deben
imperar en cualquier democracia y Estado de derecho.
Además,
desde ese año 1995 y aprovechando el 125° aniversario del nacimiento de Mahatma
Gandhi, cada dos años, la UNESCO entrega el Premio Madanjeet Singh para la
Promoción de la Tolerancia y la No Violencia. Su principal objetivo es
reconocer la labor social de un individuo o colectivo que ha promovido valores
reales de tolerancia en su sociedad con el fin de que la paz sea una realidad
en su territorio y, además, que dicho impacto social sirva de modelo para
otros.
En
1996, la Asamblea General de la ONU (en su resolución 51/95) invitó a los
Estados Miembros a celebrar el 16 de noviembre el Día Internacional de la
Tolerancia.
La educación, la clave de la
tolerancia
Una
de las primeras cosas de las que una sociedad debe preocuparse si pretende que
la tolerancia se instaure en su comunidad es educar en valores. La
educación es el arma más poderosa que tienen los Estados para conseguir que sus
ciudadanos sean tolerantes y que respeten los derechos y las libertades
fundamentales de los otros.
Desde
que se es pequeño se debe aprender a compartir, a escuchar y a respetar a los
demás. Cualquier niño debe interiorizar estos derechos como algo inalienable de
la persona y nunca debe sentirse superior a otro para
que en su vida adulta luche para que todo el mundo tenga las mismas
oportunidades y no ser rechazado por su raza, sexo, religión, etc.
Desde
Ayuda en Acción hacemos siempre un llamamiento de respeto hacia el prójimo, y
los gobernantes deben focalizar sus esfuerzos en defender los derechos de las
personas que son diferentes.
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