miércoles, 4 de noviembre de 2020

Salud Mental: Mayor inversión - Mayor acceso, para todos y todas en todas partes. “No hay salud sin salud mental”

  Las enfermedades de salud mental constituyen una epidemia silenciosa que ha afectado a las Américas mucho antes de COVID-19, con depresión y ansiedad como dos de las principales causas de discapacidad. La Región también tiene el segundo nivel más alto de consumo de alcohol en el mundo”, Carissa F. Etienne. Directora de la Organización Panamericana de la Salud.



La OMS alerta que la salud mental individual está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades.

Las pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y las condiciones de vida de las personas.  La salud mental es una parte integral de la salud y va más allá de la ausencia de trastornos mentales. Por ello, su abordaje requiere de intervenciones conjuntas desde distintos sectores, a fin de promoverla y abordar su tratamiento. 

La mala salud mental se asocia asimismo a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación y los mandatos de género, a la exclusión social, a los  modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a las violaciones de los derechos humanos. 

También hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.

Datos y cifras a nivel global



  • Los trastornos mentales, neurológicos y por el consumo de sustancias representan el 10% de la carga mundial de morbimortalidad y el 30% de las enfermedades no mortales.
  • Alrededor 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes es diagnosticado con un trastorno mental.
  • La depresión es uno de los principales trastornos que afecta a la población mundial, siendo una de las causas más importantes de discapacidad.
  • Una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos aproximadamente.
  • Las personas con trastornos mentales graves mueren de 10 a 20 años antes que la población general

 Inversión en salud Mental

A pesar de estas cifras, el gasto en servicios de salud mental en todo el mundo representa un 2.8% del gasto total destinado a la salud en general. En países de bajos ingresos el presupuesto asignado a salud mental representa el 0,5% del presupuesto general de salud, mientras que en los países de altos ingresos este porcentaje asciende a 5.1%. Es decir que en los países de ingresos bajos el gasto en salud mental es de menos de 1 dólar per cápita, frente a los 80 dólares per cápita en países de ingresos altos.

La Organización Mundial de la Salud, recomienda que el porcentaje de gastos asignados los servicios de salud mental deben ser proporcional al porcentaje de carga atribuible a estas condiciones.  

En la Región de las Américas, el gasto en los servicios de salud mental ronda entre el 0,2% y el 8,6%, mientras que el gasto promedio es del 2,0% a pesar de que el 19% del total de años de vida ajustados en función por la discapacidad (AVAD) se asocia con trastornos mentales, neurológicos, por el uso de sustancias y el suicidio. 

Cabe destacar además que en la Región, el 60% del presupuesto asignado a salud mental es destinado a hospitales psiquiátricos en lugar de servicios de basados en la comunidad.

La salud mental en el contexto de la pandemia por COVID-19

Las condiciones generadas por la pandemia del COVID-19 han llevado a un aumento en el número de personas con nuevas condiciones de salud mental o que experimentan un empeoramiento de condiciones pre-existentes.  En palabras de la Dra. Etienne, la pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis de salud mental en nuestra Región a una escala nunca antes vista.

En este contexto, la OPS/OMS ha venido trabando junto con sus colaboradores para apoyar a los países de la Región de las Américas en la implementación de estrategias para de promover y apoyar el bienestar mental de todas las personas.

Esta pandemia ha expuesto la necesidad de que la salud mental se constituya como un componente central dentro de los planes de respuesta y recuperación de los sistemas de salud y los gobiernos nacionales. Es importante destacar que las políticas de salud mental que adopten los países deben abordar cuestiones que incluyan la promoción de la salud mental y no sólo ocuparse de los trastornos mentales.

Para hacerlo es fundamental incorporar, en el desarrollo de estas políticas, a sectores como el de educación, empleo, justicia, vivienda, desarrollo social, así como a la sociedad civil, además del sector salud. En el contexto de los esfuerzos nacionales por desarrollar y aplicar políticas relativas a la salud mental, es esencial, no solo proteger y promover el bienestar mental de los ciudadanos, sino también satisfacer las necesidades de las personas con trastornos de salud mental.


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